Esto resulta un récord desde 1997 según el Instituto Internacional de la Prensa (IPI, por sus siglas en inglés) que además atribuye el resultado de sus cálculos no sólo a los conflictos y la violencia creciente, sino también a la falta de legislación adecuada para garantizar que la prensa pueda ejercer su función.
Siria encabeza la lista de los países más mortales para la prensa en 2012 con 39 muertos, seguido de Somalia, con 16 casos, la cifra más alta en este país de los últimos quince años.
El número de periodistas asesinados bate el récord anterior, alcanzado en 2009, de 110 casos.
Según el IPI, son varios los factores, por un lado, los países tradicionalmente peligrosos para los reporteros no han implementado estrategias para limitar los ataques a los periodistas.
Por otra parte, sólo en Siria fueron asesinados al menos 31 periodistas y 8 ciudadanos reporteros mientras cubrían el conflicto armado que vive ese país.
La violencia contra los periodistas ha sido alta también en varios países de América Latina, lo cual, según el IPI, “refleja una falta de tolerancia hacia la información crítica e independiente” dados los ataques verbales y jurídicos hacia la prensa de parte de los gobernantes.