Llegar al cantón Mejía resulta una aventura, puesto que tiene innumerables parajes que se pueden visitar.
Gonzalo Hinojosa, promotor de información turística, nació y creció en el sector; y orgulloso relata que el turismo ha crecido vertiginosamente en los últimos años, que además es un 80% consciente, puesto que sus visitantes no solo pueden pasear por las calles y laderas del cantón que consta de siete parroquias, sino que existen cosas por aprender.
La historia es uno de los detalles más interesantes que rodean y se inmiscuyen en cada uno de sus parajes, es así que encontramos la hostería ‘La Estación’, en la parroquia de Aloasí, que hace varias décadas fue la Hacienda ‘Capulisurco’ debido a sus innumerables árboles de capulí.
Gladys Revelo, propietaria de la hostería recibe a sus clientes con amabilidad, este lugar ofrece un espectáculo a la vista desde la flora y fauna propia del lugar (ubicado a 3125 metros sobre el mar), hasta su decoración rústica y antigua. Esta es una construcción de alrededor de 133 años y conserva sus características iniciales.
“Los muebles y los trastos viejos de nuestros antepasados le dan vida a mi casa… todo esto es herencia de mi madre que tuvo el acierto de entregarme todas estas cosas para que yo les de un buen uso”, afirmó amablemente Gladys.
La estancia en la hostería es un descanso para aquellos viajeros que buscan la aventura en el Corazón o el Cotopaxi, elevaciones que rodean este valle. La comida casera también es una de sus ofertas, ya que una cocinera especializada deleita a los comensales con recetas ecuatorianas.
A un poco más de un metro de distancia se pueden divisar las rieles del ferrocarril, es así que los viajeros al llegar a la estación de Machachi, tienen una opción para su recreación y alimentación.
UN ENCUENTRO CON
LA NATURALEZA
A pocos metros se encuentra la granja ‘La Estancia’ donde los visitantes pueden reencontrarse con la naturaleza y sobre todo conocer especies de animales únicas. Diversidad de patos, pavos reales, caballos, chivos son la oferta de esta granja que se sustenta del turismo responsable. Pero quienes se llevan la atención de pequeños y grandes son alrededor de 22 especies de conejos que Gladys cuida en su granja; animales importados de varios países del mundo.
El antiguo ‘Capulisurco’ fue la primera posada cuando se inauguró la línea férrea, ya que comerciantes llegaban a la antigua casona a dejar sus carruajes para embarcarse luego en el ferrocarril, o también era un lugar de referencia, debido a su cercanía con la estación.
Definitivamente éste es solo una de las tantas posibilidades turísticas del cantón, ya que el mismo centro del cantón resulta muy pintoresco. Una tarde cualquiera puede estar marcada por el fervor religioso, es así que durante nuestra visita una procesión llegó a la iglesia de Machachi.
Un pueblo marcado por el catolicismo que venera a San Santiago como su patrono, siempre llega a su templo para rogar por sus familias. El recorrido ha resultado inconcluso, pero quizá sea suficiente para que cualquiera regrese a disfrutar de las bondades que ofrece el cantón Mejía.