Corea del Norte lanzó ayer su cohete de largo alcance Unha-3, que aparentemente logró poner en órbita por primera vez en su historia un satélite de observación, entre un alto secretismo que progresivamente ha dado paso a las celebraciones en Pyongyang.
El dispositivo norcoreano entró en órbita exactamente 9 minutos y 27 segundos tras su lanzamiento desde la base septentrional de Dongchang-ri, según la agencia estatal norcoreana KCNA, que calificó como “un éxito” la operación. El satélite Kwangmyongsong-3 (Estrella brillante-3) circula alrededor de la órbita polar a entre 500 y 600 kilómetros de altitud.
Todas las operaciones relativas al cohete han estado en un alto secretismo en Corea del Norte, cuyos ciudadanos no han sabido hasta más de una hora después del lanzamiento.