Al grito de ¡Viva Quito! miles de personas se han movilizado durante esta semana para festejar los 478 años de Fundación de la ciudad.
Recorriendo las calles se puede evidenciar que las tradiciones siguen vivas, aún se puede respirar historia en el asfalto, la vereda, la piedra, la pared.
El 6 de Diciembre de 1534 fue fundada San Francisco de Quito por Sebastián de Benalcázar, quien le dio el sello hispano, puesto que los pueblos milenarios ya la consideraban como el centro de civilizaciones como la Kitu Cara y los mismos Incas al avanzar en su conquista del sur, la convirtieron en uno de los centros políticos y económicos del reino.
La urbe fue establecida con aproximadamente 200 habitantes, inmediatamente se señalaron los límites, se estableció el cabildo, se repartieron solares y se delimitaron áreas comunales. La fundación de la ciudad parece haber respondido más que nada a razones estratégicas, ya que su ubicación en una meseta presentaba ventajas sobre los valles aledaños, más propicios para el desarrollo urbano.
Este último factor fue también el que primó en la determinación del lugar por parte de los pueblos originarios. En el ámbito arquitectónico, empezaron a construirse los primeros monumentos de la villa, destacándose el inicio de la construcción de la iglesia de San Francisco, en 1536.
Años más tarde también fue la cuna de la revolución y la emancipación de América Latina, es así como el 10 de agosto de 1809, Quito lanza su Primer Grito de Independencia.
Más adelante, el 13 de mayo de 1830 se crea la República del Ecuador con Quito como capital, tras separarse de la Gran Colombia.
Ya para el siglo XX, las clases altas se desplazaron al norte y surgieron los barrios residenciales. La parte antigua de la ciudad pudo conservar su arquitectura colonial enriquecida con los nuevos aportes de los siglos XIX y XX.