Sáb. Nov 23rd, 2024

Alberto Cajamarca se siente orgulloso de llevar los apellidos de sus abuelos maternos. Su faceta de actor le ha dejado grandes satisfaciones y también decepciones.

 

FIGURA PATERNA

 

El actor, quien tiene 36 años es hijo natural de Alberto Yáñez Delgado, a quien conoció cuando tení­a 15 años de edad por iniciativa de su tía Antonieta y de Martha Cajamarca Alarcón.

«Nunca sentí­ la ausencia de un padre, porque mi abuelito Toño Cajamarca fue todo para mi. Le encantaba contarme historias fantásticas», sostuvo con una sonrisa el ex coprotagonista de la serie ‘Solteros y sin compromiso’.

Para Alberto, todo el ejemplo, que le dio su abuelo es imborrable. «Nunca lo olvidaré porque fue, quien me daba el biberón y se preocupaba porque tomara puntualmente los multivitamínicos, para crecer sin problemas», expresó Cajamarca, tras recordar que fue su antecesor, quien lo encaminó en la actuación.

 

EL MEJOR EJEMPLO

 

«A mi ‘papá Cajamarca’, le fascinaba llevarme a sus presentaciones y me pintaba la carita como un payasito. A los tres años de edad me hizo participar en la obra de teatro titulada ‘La pasión de Cristo’, donde actué junto a algunas lumbreras del mundo de la actuación ecuatoriana y mi tí­a Meche Mendoza», dijo Alberto con orgullo, quien además confesó que el recuerdo más triste que guarda de su adolescencia, fue ver envejecer a su adorado papá, quien a pesar de haber sido una persona de pocas palabras, supo transmitirle el amor que sentí­a por él.

«Aún recuerdo ese cuadro tan hermoso, que era verlo plancharme la ropa y acompañarme en bus hasta el colegio», recalcó con tristeza.

 

UNA VIDA CÓMODA

 

Cajamarca comentó que tuvo la mejor niñez y adolescencia. Nunca le faltó nada. La primaria y la secundaria estudió en la Academia Yllingworth. Le encantaba el deporte. Fue seleccionado en natación y fútbol. «Quedé tercero en el intercolegial, categorí­a intermedia en estilo pecho y jugué desde los 14 hasta los 20 años para una empresa bancaria», aseguró el cómico.

Alberto, además ingresó a la Escuela Superior Naval.

«No pude continuar la carrera por falta de apoyo y fue cuando decidí trabajar como vendedor de Ecuasanitas. Tení­a 21 años. A los tres meses me ascendieron a supervisor y luego de dos años me convertí en visitador médico, actividad que abandoné por dedicarme a la actuación», subrayó con optimismo, el también director y productor de TV.

Gran parte de los proyectos que Cajamarca emprendió en la vida, lo ha hecho por iniciativa propia. Se considera una persona independiente.

 

DESCUBRIÓ SU DON

 

Alberto, quien tiene 12 años en la actuación descubrió su talento, por casualidad. Recuerda que su mamá acostumbraba a llevarlo de visita donde su amiga, la actriz Amparo Guillén, quien era propietaria del bar ‘Delicias’, ubicado en Urdesa.

«Amparito estaba haciendo una novela que se llamaba ‘Días de nuestras vidas’ en SiTV, ahora Canal Uno. Se me ocurrió participar en un casting y terminé siendo el protagonista», expresó Cajamarca con emoción.

El ex director de contenido de ‘Esto no tiene nombre’, destacó que el director del grupo ‘Kurumbos’, Augusto Enrí­quez fue su maestro de teatro. Junto a él, participó en la segunda etapa de la comedia ‘Sin ánimo de ofender’, donde emuló al ex presidente de la República, Jamil Mahuad.

 

DEL AMOR AL ODIO

 

Cajamarca ha tenido muchos amores, que ahora son sus enemigas. No quiso mencionar sus nombres, pero asegura que son del medio. «Mi primer matrimonio, producto del que tengo una hija de 14 años, me dejó graves secuelas. Pasé por un periodo de depresión. Acostumbraba a irme a la parte de atrás del canal a leer y ahí­ me perseguían», puntualizó el actor con picardía.

Alberto, además fue pareja de la actriz Claudia Gómez, con quien también procreó una hija, llamada Clhoe. Esta experiencia lo marcó, porque fue desacreditado como hombre y padre. «Soy incapaz de castigar a un niño y de irrespetar a una mujer. Eso lo heredé de mi abuelo, que en paz descansa», indicó con firmeza.

Por elpopular