21 nov (EFE).- El rally Dakar, que hoy presentó su recorrido para la próxima edición, que comenzará en Lima el 5 de enero, propone una prueba llena de intensidad desde el primer día, con una lista de estrellas entre las que destaca el retorno del español Carlos Sainz, ausente del pasado año.
El ganador del Dakar de 2010 regresará al desierto sudamericano al volante de un buggy del equipo «Red Bull», junto con el catarí Nasser Al-Attiya, vencedor en 2011.
Será la principal novedad edición de un rally que desde el banderazo de salida propone las dificultades del desierto peruano, sin el tiempo tradicional de aclimatación de las pasadas ediciones.
Cuando el rally acababa en Dakar, antes de que las amenazas terroristas impidieran su celebración en África, los primeros días solían disputarse en Europa y el desierto, con su carga de arena y dunas, no llegaba hasta pasados unos días.
En las primeras ediciones en América Latina los organizadores programaban también jornadas intermedias antes de afrontar los tramos más duros, pero en esta ocasión han decidido que el desierto sea el protagonista desde el primer día.
La primera jornada, con meta en Pisco, presenta apenas 13 kilómetros cronometrados, pero en pleno desierto. No se marcarán muchas diferencias, pero la jerarquía quedará ya plasmada en la general, según advierte el director de la prueba, Etienne Lavigne.
En torno a Pisco se disputará la segunda etapa, las dunas serán ya protagonistas de la mayor parte de los 242 kilómetros de especial, previos a los 243 de la etapa con final en Nazca una dura jornada en pleno desierto peruano.
Un panorama que el rally no perderá en la cuarta etapa, camino de Arequipa, con 289 kilómetros cronometrados entre arena y dunas, con un largo enlace de 429 kilómetros.
A cambio de tanto traslado, los organizadores han programado, al día siguiente, una etapa más ligera con final en Arica, antesala de la llegada del rally a Chile, en concreto a Calama al término de una etapa con 454 kilómetros cronometrados muy técnicos y duros.
Será un breve paso momentáneo por Chile, ya que el rally pondrá enseguida rumbo a Argentina, donde llegará a Salta, tras atravesar la cordillera de los Andes, con alturas de casi 5.000 metros, un récord para el rally, antes de afrontar 220 kilómetros cronometrados.
Camino de San Miguel de Tucumán, los competidores vivirán otra difícil etapa antes de la jornada de reposo.
El rally retomará la marcha el 14 de enero con dirección a Córdoba para afrontar la especial más rápida, 593 kilómetros de desierto y rutas pedregosas.
Las rutas sinuosas que conducen a La Rioja y, sobre todo, la etapa de Fiambalá, definida por Lavigne como «un compendio de todo el Dakar», pondrán fin al recorrido argentino del rally, que llegará a Chile por el Paso de San Francisco para adentrarse en el desierto de Atacama, zona conocida en los últimos años y no exenta de peligros.
Tras llegar a Copiapó, el rally partirá hacia La Serena, última etapa antes de proclamar a los ganadores del rally en un podio instalado frente al palacio de la Moneda.
En total, el rally recorrerá 8.423 kilómetros, 4.146 de ellos cronometrados.
Están inscritos en la prueba 161 coches, 196 motos, 75 camiones y 40 quads.
Si en la categoría de coches la llegada de Sainz y Al-Attiya puede significar un duelo contra la escudería Mini, encabezada por los dos primeros del año pasado, el francés Stéphane Peterhansel, que busca su undécimo Dakar, el quinto en cuatro ruedas, y el español Nani Roma, que persigue el primero con coches tras haber ganado en motos en 2004.
Sobre dos ruedas, el principal atractivo reside en la presencia de los ganadores de las siete últimas ediciones. El francés Cyril Despres, que el año pasado consiguió su cuarto título, y el español Marc Coma, que tiene tres, ambos en KTM, se medirán a la llegada del equipo Honda, que ha fichado al portugués Helder Rodrigues, tercero en las dos últimas ediciones.
Sin olvidar al equipo Husqvarna, con los españoles Joan Barreda y Jordi Viladoms, ni a Yamaha, que cuenta con Frans Verhoeven y David Casteu. EFE