El Senado uruguayo se reunió ayer para concluir el trámite legislativo que permitirá la despenalización del aborto en el país, tras varios intentos fracasados en años anteriores y en medio de críticas de antiabortistas y proabortistas.
La nueva ley, que colocará a la pequeña nación sudamericana entre los países pioneros en Latinoamérica en esta materia, despenalizará el aborto hasta la semana 12 de gestación, aunque para algunas organizaciones civiles no solo es insuficiente sino que en algunos casos resulta un retroceso.
El proyecto establece que las mujeres que quieran interrumpir su embarazo tendrán que acudir a un médico que las derivará a una comisión formada por psicólogos, ginecólogos y trabajadores sociales que la asesorarán. Y luego podrán tomar una decisión.