3 oct (EFE).- Un equipo de investigadores de la Universidad de Zaragoza ha desarrollado un sistema innovador, basado en la captura del movimiento a tiempo real, que aporta información precisa para corregir la ergonomía del ciclista con el objetivo de evitar lesiones musculares y potenciar su rendimiento deportivo.
Se trata de un nuevo método, que mejora los que se encuentran actualmente en el mercado, y que evalúa la biomecánica del ciclista, expuesto habitualmente a adoptar malas posturas sobre la bicicleta.
La finalidad del desarrollo de este nuevo equipamiento es mejorar la postura del ciclista sobre la bicicleta y corregir posibles fallos, logrando, por ejemplo, que la flexión de los brazos o el ángulo que forman con la espalda sean óptimos o que la extensión del pedaleo sobre la rodilla sea la adecuada.
El grupo de Investigación y Desarrollo en Ergonomía (ID ERGO) del Instituto de Investigación en Ingeniería de Aragón (I3A) de la Universidad de Zaragoza ha sido el encargado de desarrollar este proyecto, que ha contado con una subvención de la Fundación Araid y con la inversión de una empresa privada, interesada en su explotación.
De hecho, fue el propietario de la empresa Biomecánica y Salud (B&S), quien contactó con la Universidad de Zaragoza para desarrollar un sistema, después de comprobar que los que existían hasta el momento no le convencían los suficiente.
«No hay nada parecido en el mercado. No hay un sistema como este que tenga seis cámaras y que capture en tres dimensiones los movimientos de ambos lados del ciclista. No me convencía lo que había y por eso, me dirigí a la Universidad. Ahora estoy muy contento con el resultado del proyecto»,ha resaltado Juan Carlos López, gerente de la empresa.
La novedad de este equipo es que es capaz de capturar el movimiento de ambos lados del ciclista -hasta el momento se hacía por separado, lo que ralentizaba el proceso- y de hacerlo, además, a tiempo real.
«Éste procedimiento de capturar el movimiento y luego visualizarlo no era operativo y resultaba lento de cara a ajustar los parámetros de la bicicleta», ha comentado a Efe el director del proyecto, Javier Marín.
Por ello, y con el objetivo de mejorar el equipamiento con vistas a tener una buena acogida en el mercado, se desarrolló una tecnología sensorial denominada de «sólidos rígidos» que contribuyó a resolver las limitaciones de otros equipos de captura.
Esta tecnología permite que el analista pueda ajustar ciertos elementos de la bicicleta, como la altura del sillín o la colocación de las calas, sin necesidad de interrumpir la captura.
«Si durante la operación de ajuste de la bicicleta se ocultan temporalmente algunos de los sensores sólidos-rígidos no hay ningún problema porque automáticamente el software los detecta. Esto permite que el analista pueda comprobar al momento el efecto de los cambios en el ordenador»; ha explicado Marín.
De esta forma, se logró el dinamismo y la agilidad necesaria durante la captura al mismo tiempo que se aportaba información exacta.
Precisamente, estas características fueron las que llevaron al propietario de B&S a instalar el equipamiento en su tienda, ubicada en el barrio zaragozano del Actur.
«Nos da una precisión milimétrica para ir corrigiendo posturas. Por ejemplo, podemos ver si los brazos están muy estirados o si va demasiado agachado y en función de los parámetros adecuados vamos cambiando el sillín, el manillar…», ha indicado Juan Carlos López, gerente de B&S.
López ofrece este servicio a los clientes particulares, pero también a equipos profesionales de elite que acuden a este servicio para intentar solucionar algunos de sus problemas ergonómicos.
«La cuestión es cuidar de la salud, porque puedes tener una bicicleta de 8.000 euros con la que te dañes las lumbares y otra, a lo mejor más barata, pero perfectamente adaptada para transmitir la mayor potencia a la bicicleta», ha señalado.
En este sentido, ha recordado como un cliente le pidió que le bajara el manillar y le subiera mucho el sillín para conseguir una cierta estética una vez subido a la bicicleta.
«Yo le dije que si se la ponía así iba a dejar la bicicleta al siguiente día, y además con dolores en todo el cuerpo. Hay que primar la salud, aunque la estética sea más fea», ha indicado. Al final, logró convencer al cliente. EFE