Ramiro, 45 años. Realmente, soy el típico ‘mandarina’ y por eso me ha ido mal con las mujeres. Siempre termino cuerneado. Pensé que la mujer que elegí para mi esposa iba a ser la excepción, pero ella fue la peor de todas. Siempre creí que era buena y noble, pero tardó una década entera en mostrar su verdadero rostro. Me traicionó con mi padrastro y ahora está esperando un hijo del viejo. Lo peor de todo es que me pidió perdón y acepté, pues todo el mundo tiene derecho a equivocarse. Me comprometí para hacerme cargo de mi hermanastro, que en este caso también sería mi hijastro, pero todo el mundo me recomienda que mande al tarro a esa mujer.
Mi querido Ramiro:
Perdona a esa mujer y déjala ir en paz, pero no sigas con ella y no te pongas de alfombra para que pase sobre ti. Deja que se haga cargo de su hijo y dedícate a rehacer tu vida.
Tu amiga Conchita