Una serpiente de 30 centímetros se mueve lentamente y avanza en torno al hígado de un hombre tendido en una impecable camilla. De repente se detiene, gira a la izquierda, luego a la derecha y se mete detrás de sus costillas.
No es una serpiente común, es un robot médico, guiado por un habilidoso cirujano y diseñado para llegar a lugares donde los doctores son incapaces de hacerlo sin tener que abrir al paciente.
Es solo un prototipo y todavía no se ha usado en pacientes reales, tan sólo en laboratorios, pero sus diseñadores de OC Robotics en Bristol, Reino Unido, están convencidos de que una vez esté listo y aprobado podría ayudar a extirpar tumores.
Cirugía no invasiva
La serpiente mecánica es una de las tecnologías innovadoras para el tratamiento contra el cancer presentadas en la Conferencia Internacional de Ingeniería Oncológica de la Universidad de Leeds.
Muchos de los aparatos todavía están en su estadio inicial de desarrollo, pero Safia Danovi, de la organización Cancer Research en Reino Unido dice que la innovación y la investigación son extremadamente importantes para atacar esta enfermedad.
«La cirugía es una piedra angular del tratamiento contra el cáncer, así que las tecnologías que la hacen más precisa y efectiva son cruciales», explicó.
«Gracias a la investigación, innovaciones como la cirugía mínimamente invasiva y la robótica están transformando el tratamiento para los pacientes con cáncer y esta tendencia tiene que continuar».
Cámaras y censores
Según la Organización Mundial de la Salud, el cáncer es la causa del 13% de las muertes que se producen anualmente en todo el mundo.
Aunque algunos tratamientos contra el cáncer requieren métodos no invasivos, a menudo los cirujanos necesitan meterse dentro del cuerpo del paciente, un procedimiento a menudo arriesgado.
Rob Buckingham, director de OC Robotics, explicó que el robot-serpiente podría convertirse en un sistema mínimamente invasivo, ya que se infiltraría en el cuerpo a través de los orificios del cuerpo o con incisiones locales como puntos de entrada.
Esto permitiría al cirujano ver y «sentir» dentro del cuerpo, usando cámaras y equipo extremadamente sensible para obtener información.
Brazos robóticos
Estas serpientes mecánicas podrían ser un complemento del sistema quirúrgico robótico que lleva utilizandose en la última década, conocido como la máquina Da Vinci, desarollada por la compañía estadounidense Intuitive Surgical.
Este mecanismo luce como un robot de tamaño humano con cuatro brazos equipados con pinzas.
Aunque no puede operar de forma autónoma, este robot ha permitido a los médicos llevar a cabo complejas operaciones de forma mínimamente invasiva y mucho más precisa.
Funciona con el cirujano sentado en una silla cercana y mirando una pantalla en la que aparece el área del cuerpo donde tendrá lugar la operación. En esta posición el cirujano puede manipular al robot aprentando pedales y moviendo palancas.
Muchos hospitales en todo el mundo han optado por usar a Da Vinci a pesar de su costo de US$2,2 millones.
Otra opción existente es un fino y largo «brazo» mecánico llamado Mirosurge, desarrollado por el centro aeroespacial alemán DLR.
Aunque también es un prototipo, sus creadores afirman que este robot es más versátil que la máquina Da Vinci.
«Puedes acoplarle distintas herramientas y puedes usarlo tanto como un brazo o como cuatro brazos en una mesa quirúrgica para asistir al cirujano que lo controlará desde una mesa de trabajo», asegura Sophie Lantermann.
«Además, tiene sensores en las articulaciones, lo que permite detectar colisiones. Por ejemplo, cuando hay un paciente entre dos brazos de Da Vinci, un brazo puede golpear al otro, pero nuestro brazo robótico detecta a otro brazo trabajando junto a este».
Tumores que brillan
Uno de los grandes retos a la hora de extirpar un tumor es asegurarse de que se ha eliminado por completo. Para ello el cirujano necesita entender dónde termina el tumor, lo que puede ser difícil.
En la Universidad de Berna en Suiza, científicos inyectan una droga en el cuerpo del paciente que hace que el tumor brille cuando se le proyecta una luz.
Esta tecnología se aplica también a instrumentos que navegan por dentro del cuerpo, a modo de GPS interno.
«La idea es rastrear los instrumentos quirúrgicos para que el cirujano vea en la pantalla de la computadora cómo se mueve la herramienta a través del cuerpo», dice Stefan Weber, del Centro de Investigación e Ingeniería Biomédica ARTORG de la Universidad de Bern.
«Si miras el hígado, por ejemplo, éste es un órgano homogéneo y rojo amarronado, pero quieres ver dónde está el tumor».
Los tumores brillantes facilitan la tarea del cirujano a la hora de identificarlos en la pantalla y usar tecnología de realidad aumentada.
«Escaneamos al paciente, creamos un modelo en 3D del hígado con los vasos sanguíneos y en este modelo vemos los tumores para poder decirle al cirujano dónde cortar».
Uso combinado
Más allá de estas nuevas tecnologías, uno de los principales temas de discusión entre estos equipos científicos es encontrar la forma de combinar todas estas tecnologías.
«Si empezamos a combinar, por ejemplo, un robot serpiente que puede seguir, evitar o llegar a órganos del cuerpo, con sensores que pueden identificar y llegar al objetivo marcado de algún modo, entonces podría haber un beneficio clínico», dice Rob Buckingham.
«Parte del reto es pensar en el beneficio. Típicamente empezamos viajando en una dirección determinada, asumiendo un beneficio, y luego nos damos cuenta de que el objetivo no es el que esperábamos. Lo importante es empezar a moverse para aprender».
FUENTE: BBC Noticias