Ayer, un británico y tres de sus familiares fueron condenados a cadena perpetua por el asesinato de su esposa embarazada que, según ellos, había sido poseída por un espíritu maligno. Naila Mumtaz murió en su casa en la ciudad inglesa de Birmingham en 2009, un año después de mudarse tras un matrimonio arreglado en Pakistán. La familia de Naila Mumtaz había intentado ahogarla para sacarle el “espíritu maligno” enviado desde Pakistán. La víctima, aseguró el juez de la causa, falleció con seis meses de embarazo a los 21 años de edad.