La presión es enorme sobre la dirigencia de Liga. Acaba de vender a Bieler y ahora la munición gruesa apunta a la imperiosa necesidad de negociar al ‘Beto’ Araujo, que sigue en Buenos Aires, seducido por el inminente y abierto interés que ha volcado Boca Juniors por pedido directo de su técnico, Alfio Basile. Contar con el ‘Samurai’ es una verdadera obsesión para el ‘Coco’, convencido como está, que el Talón de Aquiles de su esquema, patalea en el bloque central.
La estampa aguerrida del paraguayo Julio César Cáceres, no convence al viejo y temperamental estratega, que siente la enorme y estresante presión de la hinchada más grande y agresiva del fútbol argentino.
La noticia cayó en los predios de Pomasqui, como una auténtica puñalada. Bauza, que sintió el sacudón, declaró ayer en Radio del Plata, que Liga va a pedir una fortuna por el pase del zaguero. Al tiempo de expresar, lleno de esperanza, que Boca, no estaba en capacidad de cubrir semejante pedido.
Nos parece aventurada su afirmación. El club de la Ribera está dispuesto a cualquier sacrificio y las partes sostienen un diálogo a fondo. Los derechos del zaguero argentino oscilan los 2 millones y medio de dólares y la plana directriz de Liga, que también ya comienza a sufrir por esta nueva baja, ruega al cielo, porque las cifras del sueldo mensual, asusten a sus pares xeneixes, considerando, que el ‘Beto’, es uno de los jugadores top del plantel albo y que su contrato está valorado a precio de oro.
Está claro que se viene la noche para la dirigencia alba. Va a resultar muy difícil recomponer la estructura defensiva a las puertas del campeonato. ‘El Patón’ precisó, que para arreglar el sistema defensivo, si es que Araujo llega a marcharse a Boca, la ‘U’ tendría que invertir una cantidad similiar a la que reciba, corriéndose el riesgo de no encontrar a la pieza adecuada.
El traspaso está en ciernes. De otra manera, el central rioplatense no habría permanecido en la capital argentina.
Es difícil, sustraerse a una posibilidad maravillosa. Jugar en Boca es alcanzar la cúspide y el Beto lo sabe a morir.
Por: Raúl Cruz Molina