19 sep (EFE).- El River Plate argentino depende de una victoria el domingo ante el Racing para evitar en lo inmediato el rebrote de una crisis que pone en riesgo la continuidad en el cargo de su entrenador, Matías Almeyda.
Una derrota sin atenuantes del equipo ante el Vélez Sarsfield (2-0), el domingo pasado, provocó airadas reacciones de sus hinchas y la detención de varios de ellos por los incidentes y destrozos que provocaron en el estadio José Amalfitani.
De inmediato, fuertes versiones surgidas desde el club coincidieron en que Almeyda está en la cuerda floja al considerar un grupo de dirigentes que la campaña del equipo es mala con dos victorias, tres empates y dos derrotas que le han dejado a siete puntos del liderato que ocupa el Boca Juniors, su eterno rival.
Potenciaron aquellos rumores el silencio del presidente del River, Daniel Passarella, y la reaparición del nombre de Ramón Díaz en los mentideros del club como candidato a suceder a Almeyda para calmar a los hinchas más exaltados.
Passarella, presidente riverplatense desde finales de 2009, nunca quiso a Díaz como entrenador del equipo, pese a que éste ganó seis ligas argentinas como preparador del River, una Copa Libertadores y una Supercopa Sudamericana entre 1996 y 2007, además de cinco ligas logradas como futbolista.
El dirigente se resistió en 2011 a numerosas presiones para que Díaz sustituyera a Juan José López como técnico, ciclo que se cerró con el descenso del equipo a la segunda categoría y el fichaje de Almeyda como entrenador primerizo.
En las últimas horas varios jugadores han manifestado su apoyo a Almeyda, como el centrocampista Leo Ponzio, quien aseguró que toda la plantilla «está con él».
«A Matías lo conocemos bien, y no debe haber en el mundillo del fútbol alguien más comprometido que él. Trataremos de hacer lo mejor en la cancha para respaldarlo», dijo, mientras que el central Jonathan Maidana indicó que el domingo intentarán revertir la situación y sacar a Almeyda de la línea de fuego.
«Está de más decir que tiene el apoyo del plantel, estamos todos en la misma bolsa, él, los jugadores, los dirigentes y sabemos que si no ganamos le van a apuntar, pero tenemos que hacer un buen partido, dejar todo en la cancha y confiar en él y en su trabajo», añadió.
Almeyda, que descendió con River en 2011 como jugador y ascendió a mediados de este año como entrenador, ha dirigido al equipo en 50 partidos y en 38 de ellos con alineaciones distintas, por lo cual la prensa hoy expresa que «en el partido número 51 debe salir de su propio laberinto». EFE