17 sep (EFE).- Mejorar la calidad de la formación y combatir la falta de equidad y la violencia en las escuelas son asignaturas pendientes de Ecuador, según dijo hoy el Relator Especial de la ONU sobre el Derecho a la Educación, Kishore Singh, quien aun así reconoció el progreso «tremendo» del país.
Singh culminó una visita de ocho días a Ecuador con un encuentro hoy con el presidente, Rafael Correa, y una comparecencia de prensa en el que trasmitió un mensaje mixto sobre la situación de la educación en el país andino.
Por un lado, alabó la alta inversión y el avance en el sector, así como la visión de la educación por parte del Gobierno como un área prioritaria.
«El Ecuador ha hecho un esfuerzo sin precedentes para hacer efectivo el derecho universal a una educación de calidad», escribió Singh en sus conclusiones preliminares, que desarrollará en detalle en un informe que presentará al Consejo de Derechos Humanos el próximo junio.
Pero precisamente la calidad es uno de los retos «enormes» a los que se enfrenta el Estado, a su juicio.
«La calidad significa profesores cualificados, profesores que estén bien formados, que estén comprometidos con la enseñanza, que tengan la capacidad de crear entusiasmo en los alumnos para el desarrollo del espíritu del aprendizaje global», explicó Singh en una entrevista con Efe.
El relator, que es un profesor indio especializado en derecho internacional, citó como otro de los desafíos del país la distribución de los libros de texto por todas sus escuelas y su elaboración en las lenguas indígenas.
La necesidad de mejorar la calidad de la educación es un imperativo que no solo afronta Ecuador, sino que comparte con toda América Latina, en opinión de Singh, que afirmó que existe «una crisis de aprendizaje» en la región.
«En muchos países tras seis u ocho años de educación los logros en el aprendizaje no son satisfactorios», aseveró.
En el caso de Ecuador, Singh también destacó la falta de equidad en la educación, pues «las comunidades que viven en la pobreza, los pueblos indígenas, los afro-descendientes y los montubios (campesinos de la costa) siguen desatendidos y no se benefician de todas las oportunidades de una educación de calidad».
Otra de sus preocupaciones es la violencia en las salas de aula ecuatorianas.
Un estudio divulgado el pasado mayo por el Observatorio de los Derechos de la Niñez y la Adolescencia reveló que un 31 % de los menores sufre maltrato físico en la escuela, tanto si ésta es pública como privada, frente al 20 % en 2000.
«La mejor forma de afrontar el problema es involucrar a los padres, a la comunidad, a los profesores, a todos», dijo Singh.
El relator también recomendó el desarrollo de estándares comunes de calidad para ser aplicados en todo el país sobre el desempeño de alumnos, profesores y de las propias escuelas.
En ese sentido, felicitó la decisión del Gobierno de Ecuador de evaluar la situación de las universidades del país «y prevenir que traten a la educación como un negocio».
Como resultado de ese proceso el Gobierno clausuró en abril 14 universidades privadas por considerarlas de una calidad «pésima», una medida que afectó a 38.000 estudiantes que debían ser incorporados a otros centros de estudios, según anunció entonces.
Durante su viaje, Singh se reunió con numerosos ministros y altos funcionarios del Gobierno, así como con representantes de las agencias de la ONU presentes en Ecuador, de organizaciones no gubernamentales, sindicatos de profesores y consejos estudiantiles.
Además, visitó escuelas de Quito, Guayaquil y Cayambe. EFE