14 sep (EFE).- Sensibilizar al público oyente ante la sordera y garantizar que la comunidad sorda tenga acceso a una programación fílmica diversa y de alta calidad son las metas del Festival Cine Sordo, que comenzará a fin de mes en Ecuador, un país con más de 200.000 personas con algún tipo de limitación auditiva.
Así lo aseguró hoy en una rueda de prensa Mayfe Ortega, organizadora del Festival, al apuntar que también se busca motivar a la comunidad sorda a generar sus propios contenidos audiovisuales y a los realizadores oyentes a producir materiales incluyentes.
El Festival, que se extenderá del 29 de septiembre al 7 de octubre próximo, se desarrollará en Quito, Cuenca y Guayaquil, y es el «primero en Ecuador y en América Latina», según Ortega que dijo no entender cómo en Argentina, Brasil o México, con buen nivel de desarrollo audiovisual, no se haya organizado algo similar.
«Es un festival que busca la inclusión», en la que minoría se acerque a la mayoría y viceversa, dijo Ortega al anunciar que en el Festival se presentarán largometrajes internacionales, entre ellos nueve documentales con la sordera como eje temático.
Entre estos está una cinta francesa sobre cuatro personas que sobrevivieron a los campos de concentración y a la II Guerra Mundial básicamente porque eran sordas, detalló Ortega, al mencionar también otra pieza en la que una niña se da cuenta a edad tardía de que era sorda.
Asimismo, se exhibirán cortometrajes internacionales, algunos realizados por cineastas sordos, y una selección de películas ecuatorianas para difundir el cine nacional entre la comunidad sorda.
En paralelo a la muestra de películas, en Quito se realizarán foros de cine, charlas, mesas redondas y talleres dictados por expertos franceses, estadounidenses, ingleses y ecuatorianos.
Según el Consejo Nacional de Discapacidades del Ecuador (CONADIS), alrededor de 213.000 personas tienen algún tipo de limitación auditiva en Ecuador.
«Existen alrededor de 20.000 personas sordas en todo el país que están registradas en las estadísticas oficiales, sin embargo, existe un alto número de personas sordas que no lo están», según el portal del Festival.
Marcos Aguilar, de la Federación Nacional de Personas Sordas del Ecuador (FENASEC), se lamentó de que en el país haya «bastantes barreras» para los sordos.
«Cuando nos aceptan como cultura y no como discapacidad van a empezar a abrirse las puertas a todo lo que necesitamos», dijo a través de su intérprete, Aguilar, que es sordomudo y a quien el Festival le ha hecho sentir «orgulloso de ser sordo y ecuatoriano».
Rosario Gallegos, que tiene una hermana sorda con la que asistió como espectadora a la rueda de prensa, aprovechó el encuentro para agradecer la realización del Festival porque, en su opinión, la comunidad sorda ha sido «invisible» e «ignorada» por la sociedad ecuatoriana.
Pidió pensar en los sordos no como otra cultura, sino como «otro ser humano, con características diversas». EFE