Alejandro, 40 años. No entiendo que es lo que le pasa a mi esposa. Cada vez, que quiero tener relaciones sexulales, se pone de muy mal humor y me manda a bañar en agua fría. Trabajo todo el día manejando un bus y llego a mi casa muy cansado. Normalmente, cuando termino mi jornada, lo único que quiero es tomar una sopita y que mi esposa me relaje. Ha pasado un mes y ella no quiere complacerme y tengo muchas tensiones acumuladas. Ya estoy muy viejo, como para darme placer solito. Por eso me tocó ir a comprar lo que mi mujer no quiere darme. Eso no me gusta para nada. A este paso me voy a quedar chiro y me voy a enfermar de alguna cochinada.
Mi querido Alejandro:
A ninguna mujer le gusta ser la fábrica de orgasmos del marido. En lugar de gastar tu dinero en sexo, invita a tu esposa a pasear y las cosas cambiarán. Deja de pensar solo en tí.
Tu amiga Conchita