Régimen de Al Assad incrementó su ofensiva en Alepo. El servicio de agua potable no funciona y opositores temen crisis humanitaria.
Los opositores denunciaron que aviones pertenecientes a la Fuerza Aérea del gobierno de Bashar Al Assad destruyeron durante un bombardeo una tubería central de suministro de agua en la segunda ciudad del país, Alepo.
De acuerdo con el periódico inglés The Guardian, el integrante del Consejo Nacional Sirio, Ausama Monajed, indicó que tres millones de personas están expuestas a un desastre debido a la falta de agua potable, mientras que las inundaciones destruyeron casas y comercios.
El principal temor de la oposición, que exige la salida de Al Assad para dar inicio a un nuevo régimen con mayor apertura democrática, es que esta situación genere una crisis humanitaria en Alepo.
La ciudad ha sido bombardeada de manera constante desde hace semanas en medio del forcejeo entre el Ejército y los rebeldes para hacerse de su control. Cientos de personas murieron, mientras que otras miles fueron heridas.
La falta de agua apta para el consumo en un escenario de dichas características no solo es grave para la atención de las personas, sino que también es fundamental para evitar que proliferen infecciones mortales.
Por otro lado, esta mañana se registró un ataque aéreo, también en Alepo, contra las barricadas rebeldes. Dejó “docenas” de muertos, en su mayoría, mujeres y niños, según aseguró un activista opositor a la agencia de noticias Reuters.
Exigencias de Siria sobre el plan de paz
El Gobierno sostuvo que los puntos de referencia del nuevo enviado de las Naciones Unidas y de la Liga Árabe, Lakhdar Brahimi, deben ser los seis puntos propuestos por su antecesor, Kofi Annan, junto con el documento final de la cumbre mantenida por el Grupo de Acción sobre Siria en Ginebra.
Sin embargo, y pese a la cruenta represión, el vocero del Ministerio de Exteriores sirio, Jihad Makdessi, dijo a la televisión libanesa Al Mayadin que están dispuestos a debatir otros puntos que “apoyen la estabilidad en Siria”.
“El camino hacia el fin de la crisis es bien conocido, e implica el fin de la violencia por todas las partes y el inicio de un proceso político encabezado por los sirios”, insistió. Es que mientras lo opositores piden un cambio de régimen y reniegan de los mismos sectores que tomaron actitudes más bien extremistas, el Gobierno se aferra a estos últimos para asegurar que los rebeldes son “terroristas”.
FUENTE: Infobae.com América