El Barça se encuentra a un partido, en el último peldaño del largo ascenso, para entrar con letras de oro en la historia del fútbol y convertirse en el primer club en haber ganado en una temporada los seis títulos en juego, si al final es capaz de derrotar mañana en la final del Mundial de Clubes de Abu Dabi, a Estudiantes de La Plata. Messi y Verón sostendrán un duelo aparte, que no tiene antecedentes
Para esta fiesta de mañana (11h00 de Ecuador) en el emirato de Abu Dabi, el Barça sonríe por la recuperación de su estrella, el argentino Lionel Messi, pero también se abate en cierta forma por la pérdida de otro referente, como es Andrés Iniesta, uno de los grandes jugadores que tiene el club catalán y que no está teniendo suerte con las lesiones. El manchego deberá ver el partido desde el graderío por una lesión muscular que se produjo en el encuentro de semifinales contra el Atlante.
Messi reconoció al final del partido que había acabado con alguna molestia en el tobillo, pero aseguró que ello no le privará de jugar contra sus compatriotas mañana en el enésimo pulso entre el fútbol sudamericano y el europeo, al que el Barcelona llegará algo fundido, como así reconoció tanto el técnico Pep Guardiola como algún jugador.
El ‘Zayed Stadium’ espera paciente al sábado para coronar nuevamente al mejor equipo del mundo en el 2009, una corona a la cual nadie en el Barcelona quiere renunciar para cerrar el mejor año de la historia del club, de la mano del mejor jugador del mundo, Lionel Messi, quien tres años atrás debió afrontar una temporada muy difícil, pues ni fue utilizado para la final de la Liga de Campeones en París ni pudo jugar el Mundial en Japón por estar lesionado.
Pero otro partido se jugará en la cancha. Los ‘compadres argentinos’. Messi, 22 años y 11 vueltas olímpicas, cumplirá uno de sus sueños futbolísticos al poder enfrentar a uno de sus ídolos y amigo dentro del fútbol. Juan Sebastián Verón, 34 años, 14 títulos y 15 años de carrera, tendrá enfrente por primera vez al mejor jugador del mundo. Esta, también será una batalla de estilos. Guardiola y Sabella ultiman las estrategias.