Suena absurda la posición de Mónica Franco, viceministra de Gestión de la Educación que aseguró que se ha cumplido con el mayor porcentaje de menores ubicados en diversos colegios de Quito, y que el problema que hoy se tiene es solamente del 2% de los estudiantes que pugnan por recibir educación pública. La declaración bastante ilógica representa que cerca de 1400 niños y niñas no podrán iniciar el año lectivo por falta de una institución educativa que los acoja.
Lágrimas y hasta una mujer con dolores de parto provocan esta falta de sensibilidad, ante un suceso que de manera directa pondrá a decenas de estos mil niños a trabajar.
Hijos de familias provenientes del campo no tienen otra opción que buscar el pan de cada día, pues sus sueños resultaron truncados.