(EFE).- Cuatro días después de que una explosión por una fuga de gas en la refinería de Amuay, en el noroeste de Venezuela, se cobrara la vida de al menos 41 personas y 6 desaparecidos, los bomberos lograron extinguir el fuego que aún se cebaba en tres tanques de combustible del centro industrial. «Hoy ya no tenemos ningún tanque incendiado, eso merecer un reconocimiento especial a nuestros bomberos, héroes y heroínas», dijo el presidente venezolano, Hugo Chávez, en una intervención en cadena de radio y televisión en la que comparó la explosión con una «bomba atómica».