Vie. Nov 22nd, 2024

29 ago (EFE).- Un electrocardiograma, un análisis de orina o una mamografía son algunas de las pruebas que los mexicanos ya pueden hacerse gratuitamente en las unidades médicas instaladas en varias estaciones del suburbano de la capital.
Por los tres pesos (0,22 dólares) que cuesta este sistema de transporte cuyo coste subvenciona el Gobierno capitalino, las personas con Seguro Popular (un plan de salud para los más pobres) pueden hacerse un chequeo médico sin interrumpir su quehacer diario.
«Es excelente porque todos nos movemos en el metro, entonces todo lo que tenemos que hacer es ubicar dónde están estos centros médicos y por tres pesos nos movemos a donde sea», aseguró hoy a Efe Raimundo Chávez, afiliado al Seguro Popular de 53 años, mientras esperaba en la unidad del metro Tacuba, al noroeste de la ciudad.
Sin trabajo fijo, ni recursos para costear un seguro privado de salud, este paciente originario del Distrito Federal consideró una «gran ayuda» tener servicios médicos «gratuitos y cercanos» y confesó que de otra forma no se le habría ocurrido acudir a hacerse un examen rutinario.
Rodeado de comercios, locales de comida rápida y los vendedores ambulantes que suelen abarrotar las estaciones de metro, la unidad médica de Tacuba es una de los doce que actualmente existen en Ciudad de México, que alcanza los 20 millones de habitantes si se le agrega su zona metropolitana.
Las llamadas «Unidades de salud de la Red Ángel», en marcha desde febrero pasado, surgieron a partir de la experiencia adquirida durante la pandemia de Gripe AH1N1 que se vivió en México en 2009, explicó a Efe el coordinador del programa, Rubén Ramírez.
«Cuando inició la influenza se tuvo que vacunar a toda la población, pero ésta no asistía a los centros de salud, por lo que se decidió acudir a donde estaba, es decir, a plazas públicas, estaciones de metro, etc», indicó el doctor.
En su despacho de la unidad del metro Tacuba, Ramírez señaló que en aquella ocasión se tuvo que reforzar la higiene del metro por ser un foco potencial de contagio, dada la alta afluencia de viajeros, estimada actualmente en cuatro millones de personas diarias.
Ante la elevada demanda de vacunas, la secretaría de Salud se dio cuenta de que ofrecer servicios sanitarios en el metro «fortalecía la cobertura» y permitía implementar medidas concretas en lugares estratégicos.
De esta manera, se decidió crear las unidades médicas en el suburbano, que en los primeros seis meses de funcionamiento atendieron a 41.500 personas,
de las cuales 4.500 padecían alguna enfermedad como diabetes o hipertensión.
Estos centros, según Ramírez, están principalmente orientados hacia la «prevención de enfermedades«, y permiten hacer pruebas variadas, desde el cáncer de mama hasta la diabetes u obesidad, uno de los principales problemas de salud que enfrenta México, segundo en el ránking mundial en obesidad de adultos y primero en infantil.
Está previsto que todos los centros realicen 19 tipo de estudios, como el antígeno prostático específico, examen general de orina, cultivo de exudado faríngeo y glucosa en sangre, prueba inmunológica de embarazo, curva de tolerancia a la glucosa, prueba del VIH, ultrasonido obstétrico y electrocardiograma, entre otros.
Actualmente, además se proporcionan servicios de vacunación, módulo de afiliación al Sistema del Seguro Popular, expedición de certificados médicos escolares, así como asesoría en salud sexual y nutrición.
Aunque el servicio es gratuito para los afiliados al Seguro Popular, no es así para los pacientes de otros sistemas de protección social.
No obstante, Ramírez dijo que el coste para los usuarios de otros servicios de salud es notablemente inferior al que tendrían que pagar en una clínica privada y precisó que un examen de orina, por ejemplo, cuesta 30 pesos (2,27 dólares).
Martín Sánchez, paciente de 49 años, acudía por primera vez a una unidad de este tipo y lo hacía, según contó a Efe, porque necesitaba un electrocardiograma para renovar una licencia, un servicio que le hubiera costado 400 pesos (30,34 dólares) en un centro privado.

Una de las principales críticas al Seguro Popular, que entró en vigor en 2004, es su burocratización, por lo que estos centros agilizan las pruebas y, además, favorecen que los pacientes conozcan el sistema al estar a pie de calle. EFE

Por vgongora