Vie. Nov 22nd, 2024

Comerciantes aseguran que el desalojo es arbitrario. Mientras que el Municipio afirma que se trata de recuperación urbana.

Ayer a la 01h00 de la madrugada se realizó un operativo con 43 policías metropolitanos  junto con miembros de la Policía Nacional para sacar la mercadería de 8 comerciantes que vendían en un predio municipal localizado sobre un relleno construido sobre las quebradas El Guabo y San José.
Esta acción se debe a que a inicios de este mes se comenzó con los trabajos de recuperación del espacio público y las quebradas mencionadas que pertenecen a la parroquia de Pomasqui, ubicada al noroccidente de Quito.
El Municipio de Quito lleva a cabo esta intervención urbana ya que construirá una plaza cultural, un mirador y la recuperación de las dos quebradas.
Según fuentes municipales, la negociación con los comerciantes duró un año y fruto de este proceso cuentan con un acuerdo-compromiso firmado entre las partes el 20 de junio de 2012.
Sin embargo, las vendedores afirman que la medida les tomó de sorpresa. Y junto con familiares y presurosas trataban de recuperar sus pertenencias y mercadería mientras ocurría el operativo.
Lo que generó enfrentamientos entre algunos comerciantes que insistían en ingresar al mercado para retirar sus cosas, pero fueron impedidos por la fuerza pública.
Las vendedoras denunciaron que sus productos fueron arrojados en bodegas en la calle de la Ciudadela del Arquitecto, en Pusuquí.
Pero esta versión fue negada por el Comandante Flores. Él señaló que cuando irrumpieron en el lugar sacaron los productos, pero cada vendedora los tomó por su cuenta.
Alioska Guayasamín, directora de la Agencia Distrital de Comercio, asegura que los comerciantes serán reubicados durante tres meses cerca de la quebrada El Guabo.
“Durante ese tiempo -dijo Guayasamín- se construirá una plataforma productiva en la que las comerciantes contarán con módulos seguros, limpios, dignos y con promoción para sus ventas”.
Pero, Milena Ramírez, una de las comerciantes del mercado, afirma que ella junto con sus otras compañeras no se irán a un lugar donde no venderán nada. Motivo por lo que han decidido instalarse en las veredas de la autospista Manuel Córdova Galarza.