26 ago (EFE).- El número de muertos por una explosión de gas el sábado de la refinería de Amuay, en el Centro de Refinador de Paraguaná (CRF), uno de los mayores del mundo, llegó a 41 tras la muerte de dos de los heridos, mientras el presidente, Hugo Chávez, informó de que aún hay guardias nacionales desaparecidos.
Dos de los heridos que fueron trasladados el sábado al hospital Coromoto de Maracaibo (oeste) han fallecido hoy, según informó el coordinador general de Atención Médica del Hospital Coromoto, Jesús Valdés, al precisar que los dos pacientes llegaron al centro médico con quemaduras en el cien por cien del cuerpo y murieron anoche.
El galeno señaló que continúan en situación estable seis de los heridos y en condición «delicada» una séptima ingresada.
La refinería de Amuay, en el noroeste de Venezuela, sufrió en la madrugada del sábado una fuerte explosión como consecuencia de una fuga de gas que dejó destrozos y derrumbes en viviendas de los alrededores y fuego en nueve tanques del centro industrial.
El Gobierno continúa hoy con las tareas de extinción del fuego que provocó la explosión. Todavía siguen ardiendo dos tanques de gasolina del centro industrial.
Bajo una espesa columna de humo que se levanta del CRP, los habitantes de la ciudad venezolana de Punto Fijo (noroeste) trataron de retomar hoy la normalidad, aún conmocionados por los efectos de una explosión que dejó enormes daños en la zona.
Las vías principales adyacentes al centro refinador, según el Gobierno venezolano, el más grande del mundo, permanecen cerradas y custodiadas por militares y policías mientras se contabilizan los daños en las zonas aledañas, devastadas por la explosión.
En el último parte oficial de muertos difundido en la noche del sábado el Gobierno indicó que la mayoría de las víctimas eran miembros de la Guardia Nacional y familiares que se encontraban en las instalaciones del Destacamento 44, que da protección a la refinería.
El Gobierno informó de que al menos 86 personas debieron recibir algún tipo de atención médica, ya casi todos dados de alta, aunque según informó hoy la ministra de Salud, aún quedan 31 personas ingresadas.
Chávez visitó hoy la zona siniestrada y afirmó que aún hay guardias nacionales que no han aparecido tras la explosión.
«Estaba hablando con el comandante general de la Guardia Nacional de algunos guardias que aún no aparecen, estamos buscando. Esa es mi máxima preocupación en este instante», añadió.
Señaló que aún es «muy temprano» para hablar sobre las causas del siniestro, pero aseguró que «no se puede obviar ninguna hipótesis».
No obstante, el presidente pidió «no caer en especulaciones» y rechazó las versiones que «sin ninguna prueba» hablan de que las causas del siniestro hay que buscarlas en la falta de mantenimiento o que señalan que había un escape de gas que no se atendió a tiempo.
«Es prácticamente imposible que aquí, en una instalación como esta, que es la refinería más grande del mundo, que está automatizada por todas partes, que tiene miles de trabajadores responsables y trabajadoras responsables día y noche, civiles y militares, haya una fuga de tres o cuatro días y que nadie le haga caso», dijo.
«Eso es un imposible», añadió.
Por otra parte, Chávez aprovechó el viaje para condecorar y ascender con carácter postmortem a los guardias nacionales fallecidos y otros miembros de ese cuerpo por su actuación tras la explosión.
«Pedir por ellos, reconocer justamente como hemos hecho otorgándoles un ascenso, merecido ascenso postmortem a los soldados que allí fallecieron reconociendo al mismo tiempo el esfuerzo de miles y miles que se activaron», dijo el presidente venezolano tras la misa. EFE