Un fresco de Jesucristo que era el orgullo de una parroquia en un pueblito de España quedó deformado cuando una feligresa se «apiadó» del deterioro que había sufrido con los años y la humedad.
La anciana sorprendió y alarmó a funcionarios españoles de Cultura al intentar, sin autorización, restaurar la imagen.
Cecilia Giménez sintió el deseo de empuñar su brocha, al ver la pintura deteriorada por años de exposición a la humedad.
Funcionarios de Cultura expresaron que ella tenía las mejores intenciones y manifestaron su esperanza de que pueda restaurarse apropiadamente.
Se dice que la octogenaria estaba mortificada por el modo en que el fresco se había estropeado con el tiempo y tomó la iniciativa de «restaurar» ella misma la imagen.
«El cura lo sabía y todo el mundo que entraba en la iglesia me veía pintando, nunca lo hice a escondidas», declaró Giménez a la televisión española
El corresponsal de la BBC Christian Fraser señala que las delicadas pinceladas de Elías García Martínez han quedado enterradas bajo una salpicadura descuidada de pintura.