13 ago (EFE).- Cuatro de cada diez guerrilleros de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) y del Ejército de Liberación Nacional (ELN) son menores de edad, reveló hoy la autora de un informe sobre reclutamiento infantil en el país andino.
Natalia Springer, politóloga y columnista en varios medios locales, adelantó en una entrevista con RCN Radio algunas cifras del informe «Como corderos entre lobos», que presentará en su totalidad el miércoles ante el Instituto Colombiano de Bienestar Familiar (ICBF).
«En la actualidad, no menos de 4 de cada 10 combatientes de las FARC y el ELN son niños», aseveró Springer al alertar de que el reclutamiento infantil creció en un 17 por ciento en los últimos cuatro años.
Según su estudio, elaborado «con un método complejo, matemático y con mucha estadística», las FARC tienen mayor responsabilidad en este delito de lesa humanidad en términos absolutos, mientras el ELN es el que más recluta en parámetros relativos.
«No tenemos todos los datos de las bacrim (bandas criminales, como denomina el Gobierno a los grupos de narcotraficantes herederos de estructuras paramilitares), pero creemos que estarían reclutando más que las guerrillas juntas», alertó la investigadora.
Para establecer estos datos, Springer aseguró que se analizaron en las bases de datos de los desmovilizados las fechas de ingreso a cada grupo, y se examinó en el tiempo la tendencia de reclutamiento.
«Más de la mitad de los adultos desmovilizados de las FARC ingresó siendo menor de edad», dijo, y recalcó que «jamás, en ningún caso, en el reclutamiento media la voluntad de los niños».
Con su estudio buscaba contrastar la cifra total de menores involucrados en el conflicto armado colombiano, que durante años se ha estimado en 13.000, y que ha resultado arrojar un resultado más alarmante.
«En este momento nosotros pensamos que no menos de 18.000 están combatiendo en grupos armados ilegales y bandas criminales y no menos de 100.000 vinculados a sectores de la economía ilegal», denunció Springer.
Además, expresó su preocupación por el hecho de que sean utilizados como «carne de cañón», es decir, para actividades peligrosas en las que se puede perder un contendiente, como fabricar, transportar y ubicar minas antipersonales artesanales.
El Ejército denunció hace dos meses que las FARC camuflaban y usaban a menores de edad conocidos como los «pisa suave» para colocar las minas, con crueles entrenamientos que les acostumbran a deshumanizar el conflicto.
«El perfil de estos niños es el mismo: familias atípicas, desnutrición, pobreza extrema, graves restricciones al acceso al agua, población que vive con menos de 200.000 pesos mensuales», describió.
La Fiscalía de Colombia confirmó hoy que dos menores de edad hacían parte de un grupo de seis guerrilleros de las FARC que atentaron con explosivos a finales de la semana pasada contra una torre de energía, lo que mantiene sin servicio a la ciudad de Buenaventura, el puerto más importante del Pacífico. EFE