18 ago (EFE).- La Secretaría Nacional de Gestión de Riesgos (SNGR) de Ecuador declaró hoy la alerta naranja en cuatro provincias situadas en zonas de influencia del volcán Tungurahua, que en los últimos días ha registrado un incremento en su actividad, informó esa institución.
La declaración implica la inmediata activación de los Comités de Operaciones de Emergencia (COE) de las provincias de Tungurahua, Chimborazo, Pastaza y Bolívar, así como del personal de la Subsecretaría de Respuesta de la SNGR de dichas zonas.
El subsecretario de Respuesta de la SNGR, Felipe Bazán, indicó a Efe que con la medida se busca «tomar medidas preventivas para salvaguardar la vida, los bienes, servicios y ambiente frente al incremento de la actividad volcánica en el Tungurahua».
Recordó que en el entorno del volcán Tungurahua están las cuatro provincias mencionadas y «la afectación varía de acuerdo a la velocidad, intensidad del viento, la lluvia y otros factores».
Bazán señaló que la evacuación de personas «no está considerada todavía pero, si es necesario, sí», aunque aclaró que no sacarán «a nadie por la fuerza».
El Instituto Geofísico informó hoy que el volcán presenta una actividad considerada como «moderada a alta», caracterizada por explosiones, que están acompañadas de un constante tremor (temblor constante) de emisión, bramidos de diferente intensidad y rodar de bloques por los flancos del volcán.
Las columnas de emisión observadas alcanzaron una altura media de 1,5 kilómetros sobre el nivel del cráter, presentando un contenido de ceniza de bajo a moderado y con dirección occidente y nor-occidente.
El informe del Instituto añade que se reportó caída de ceniza en las poblaciones de Pillate, San Juan y Manzano.
«Con la cámara térmica se pudo determinar la presencia de depósitos correspondientes a un flujo piroclástico que descendió por el borde nor-occidental del volcán», agrega al apuntar que este fenómeno «puede repetirse y afectar a zonas pobladas».
Cerca de la medianoche, el Instituto informó de que desde las nueve de la noche del viernes (02.00 GMT del sábado), el volcán registró «un incremento en la energía y amplitud de la señal sísmica de tremor asociado con emisiones de gases y ceniza, y varias explosiones de diversa intensidad».
En un informe especial precisó que superficialmente la actividad se manifiesta con fuertes bramidos y cañonazos, que generan vibración de suelo y ventanales en las zonas aledañas del volcán.
Pese a que la zona se encontraba cubierta de nubes, los científicos que vigilan al coloso en el observatorio «Guadalupe» del Instituto ubicado a unos 10 kilómetros de distancia, habían logrado observar con dispositivos de visión nocturna un «intenso» brillo de incandescencia en el cráter.
El Instituto no descartó tampoco la posibilidad de que se generen «flujos piroclásticos», por la expulsión de rocas candentes que salen del cráter varios cientos de metros hacia arriba para caer luego por los flancos de la montaña.
Tras precisar que no se pueden predecir este tipo de fenómenos, el Instituto sugirió anoche a las poblaciones cercanas al volcán que se mantuviesen atentas a las medidas que pudieran adoptar las autoridades, y recomendó tomar «acciones preventivas» para proteger la seguridad de las personas en las zonas de mayor peligro.
El Tungurahua, de 5.016 metros de altitud y situado en el centro de los Andes ecuatorianos, a unos 80 kilómetros al sur de Quito, empezó su actual proceso eruptivo en 1999 y desde entonces ha intercalado periodos de alta actividad con lapsos de relativa calma. EFE