(EFE).- El descubrimiento de huesos de pavo en un sitio de arqueología en Guatemala muestra que esa ave fue domesticada más de 1.000 años antes de lo que se creía y es la prueba más antigua de la presencia de la gallinácea mexicana en el mundo maya, según un estudio de la Universidad de Florida (UF).
«Podríamos habernos equivocado en estimar el momento de la introducción de esta especie en la cultura maya por una cantidad significativa de tiempo», dijo Erin Thornton, investigador asociado del Museo de Historia Natural de Florida en la (UF), en EE.UU. y del Trent University Archaeological Research Centre de Canadá.
El científico resaltó que «la especie se origina en el centro de México, fuera de la zona cultural maya. Esta es la especie que los europeos llevaron a Europa. Todos los pavos domesticados se originaron en México».
En el estudio, divulgado por la UF el viernes, se indica que el descubrimiento de los huesos es significativo porque los mayas no usaban muchos animales domesticados y la mayoría de la proteína animal que consumían provenía principalmente de la caza.
Utilizando pruebas arqueológicas, comparando la estructura de los huesos y analizando ADN antiguo, los científicos determinaron que los fósiles de los pavos pertenecían a la especie no local Meleagris gallopavo que es nativa del centro y el norte de México.
El pavo mexicano es el antepasado de esa especie que se consume en el mundo y el único animal domesticado por los indígenas de Mesoamerica, de acuerdo con la investigación.
El descubrimiento de los huesos del pavo muestra que ocurrió un intercambio de animales entre el norte de Mesoamérica y la región de la cultura maya durante fines del período preclásico entre 300 años antes de Cristo y los 100 años después de Cristo, según el estudio.
«Esta investigación tiene consecuencias para entender la subsistencia maya porque ellos debieron haber tenido acceso a una fuente controlada y administrada de recursos. Estos huesos de pavo son de un precinto ceremonial del sitio arqueológico, de manera que son probablemente los restos de algún tipo de sacrificio elite o de un festejo», dijo Thornton.
Los huesos fueron recuperados del sitio arqueológico El Mirador, una de las mayores y más desarrolladas localidades preclásicas encontradas en las tierras bajas mayas.
Este lugar contiene masivos complejos de templos, una de las mayores arquitecturas mayas construidas, de acuerdo con el estudio que fue publicado en el sitio de internet PLos ONE. EFE