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11 ago (EFE).- Gran Bretaña recordará los terceros Juegos Olímpicos que ha celebrado Londres en su historia no solo como un éxito organizativo, sino también como un triunfo deportivo sin precedentes para el equipo británico desde hace más de un siglo.

Las 29 medallas de oro, 64 en total, que se llevan los británicos de esta cita olímpica conforman su medallero más abultado desde 1908, cuando Londres también acogió unos Juegos que dominó el Reino Unido con 146 metales, 56 de ellos dorados.

En 2012, una vez más, se ha cumplido con creces la estadística según la cual el país anfitrión de unos Juegos mejora sustancialmente sus resultados, en parte gracias a la inversión económica que se dedica al deporte en los años precedentes a la cita olímpica.

Hace cuatro años, en Pekín, los atletas británicos ya demostraron que estaban en una trayectoria ascendente al llevarse 19 oros, más del doble de los 9 que obtuvieron en Atenas 2004, y una cifra sin comparación respecto a la única medalla dorada que se llevaron de Atlanta 1996 y las cinco que sacaron en Barcelona 1992.

Los ciclistas Chris Hoy y Bradley Wiggins, el tenista Andy Murray, los atletas Mo Farah, Jessica Ennis y Greg Rutherford, así como el regatista Ben Ainslie y el saltador Tom Daley son algunos de los deportistas que han copado las portadas de los medios británicos durante estos Juegos.

Las primeras medallas, sin embargo, se hicieron de rogar: «Como país anfitrión estamos mostrando nuestra habitual cortesía al no acumular más medallas», bromeaba el alcalde de Londres, Boris Johnson, antes de que los oros comenzaran a caer unos detrás de otro.

Especialmente memorable para los británicos fue el sábado 5 de agosto, una jornada en la que el Reino Unido ganó seis oros y vivió en el Estadio Olímpico de Stratford la sesión de atletismo más exitosa de su historia, con tres medallas doradas en el margen de una hora.

El ciclismo ha sido una de las disciplinas en las que el Reino Unido más ha brillado en estos Juegos, con ocho oros entre la carretera y la pista del velódromo.

Wiggins, primer británico en ganar el Tour de Francia este mismo verano, abrió las celebraciones al imponerse en los 44 kilómetros contrarreloj para sumar la séptima medalla olímpica de su carrera, más que ningún otro de sus compatriotas en la historia hasta ese momento.

El récord de seis medallas que mantenía hasta estos Juegos el legendario remero Steve Redgrave quedó caducado tanto por el logro de Wiggins como por el de Hoy, que en el velódromo del Parque Olímpico sumó dos nuevos oros a su palmarés, para llegar a siete metales, tantos como Wiggins, seis de ellos dorados.

Londres 2012 ha sido también un punto de inflexión en la carrera de Murray, la eterna promesa del tenis británico, que se había quedado a las puertas de la gloria las cuatro últimas temporadas sobre la hierba de Wimbledon.

El torneo olímpico de tenis fue la oportunidad para que el escocés se resarciera de los momentos duros que ha pasado en la pista central del All England Club y, emulando a su compatriota Fred Perry, que se impuso en Wimbledon en 1936, ganó en esta ocasión al número uno del mundo, el suizo Roger Federer, para hacerse con el oro.

Jessica Ennis, cuya imagen protagoniza uno de los carteles publicitarios de los Juegos más recurrente en las calles de Londres, vivió Londres 2012 como un desagravio respecto de Pekín 2008, cuando una lesión se interpuso en su camino, con una victoria incontestable en el heptatlón.

Los éxitos continuaron en el atletismo con las victorias históricas de Farah, un británico nacido en Somalia que instauró un nuevo orden en el fondo mundial al arrebatar el oro en los 10.000 metros al etíope Kenenisa Bekele, que aspiraba a ganar su tercer título consecutivo, y hacerse con su segunda medalla dorada en los 5.000, un doblete reservado a atletas legendarios

Greg Rutherford contribuyó a la sucesión de récords británicos al imponerse en la final de longitud para dar al equipo de Gran Bretaña su primer oro en esa prueba desde Tokio 1964.

En el Centro Acuático de la arquitecta anglo-iraquí Zaha Hadid, la competición de saltos desde 10 metros se cerró con una nueva celebración del público local, que festejó como si fuera un oro el bronce de Tom Daley, un saltador de 18 años que debutó en unos Juegos hace cuatro, en Pekín 2008.

Las instalaciones de Dorney vieron como Ed McKeever se imponía en los 200 metros del K-1 y como el equipo británico de cuatro sin dejaba atrás a todos sus rivales, lo mismo que hicieron las chicas del doble scull ligero femenino Katherine Copeland y Sophie Hosking.

Un medallero sin precedentes en el último siglo, unido al funcionamiento adecuado del transporte público en Londres y la falta de incidentes destacados en el terreno de la seguridad, ha despertado en el Reino Unido un sentimiento de euforia y orgullo nacional respecto a los Juegos Olímpicos de 2012. EFE

Por ccarrera