Las carreteras siguen tiñéndose de sangre en el país a pesar de las nuevas normas de tránsito vigentes desde hace pocos días. Los controles por lo visto no han servido de mucho a la hora de prevenir accidentes. Pero la verdad es que no sorprende, puesto que ha pesar de las leyes se vuelvan más represivas, no tenemos una cultura de conducción responsable. Siempre creemos que nuestros impulsos le ganarán la partida a las leyes y si lo logramos entonces somos ‘muy vivos’.
Esto sobre todo en las carreteras, mismas que se convierten en verdaderas pistas de carreras, sin importar señalizaciones ni controles. Siempre apelamos a la formación desde uno mismo, formación de mentes y ciudadanos más conscientes de la realidad en la que vivimos, pero sobre todo respetuosos de la vida.