22 jul (EFE).- La cúpula del Partido Laborista noruego y cientos de miembros de sus «juventudes» recordaron hoy en la isla de Utøya, al oeste de Oslo, a las víctimas de la matanza cometida hace un año por el ultraderechista Anders Behring Breivik.
La música y las palabras se mezclaron con las sonrisas, los aplausos y las lágrimas para rendir homenaje a las 69 personas asesinadas entonces por Breivik, que poco antes había matado a otras ocho al hacer explotar una bomba en el complejo gubernamental de Oslo.
A los actos de hoy en Utøya, escenario habitual del campamento anual de verano de las Juventudes Laboristas (AUF), asistieron el primer ministro, el laborista Jens Stoltenberg; y su compañera de partido Gro Harlem Brundtland, que ocupó el cargo en tres ocasiones entre 1981 y 1996.
Brundtland, la primera y única mujer en ser jefa de gobierno en Noruega, era el objetivo principal hace un año de Breivik, que pretendía degollarla y grabar la ejecución, pero llegó a Utøya horas después de que ésta hubiera abandonado la isla.
Líderes y aspirantes a políticos se sentaron sobre la hierba de la «colina» de Utøya -la cantera donde se han forjado muchos futuros ministros y primeros ministros laboristas-, para presenciar desde allí el acto que se celebró en su modesto escenario de madera.
Tras un tenso minuto de silencio, en el que surgieron las primeras lágrimas, la emoción aumentó su intensidad con la subida al escenario de Renate Tårnes, que interpretó dos piezas musicales.
Tårnes vio morir a su novio hace un año en Utøya y salvó su vida escondiéndose en el aseo de la cafetería, desde donde aterrada llamó a la Policía, una grabación que fue reproducida en el juicio contra Breivik ante la indiferencia de éste.
Ese viernes 22 de julio, «en el que nunca dejó de llover», «nos cambió la vida a todos, también a las AUF», resaltó en su discurso el líder de esta organización, Eskil Pedersen, en un acto retransmitido en directo por la televisión pública NRK.
Los miembros de las AUF tuvieron que seguir «un camino que nadie antes había recorrido» y lo hicieron de una forma que a Pedersen le ha hecho sentirse «orgulloso» de todos sus compañeros.
«Sois la respuesta más clara al terrorismo, ilustráis la derrota del terrorista. Seguimos adelante con el compromiso de los que hemos perdido y apoyamos valores como la diversidad y la igualdad. Creemos sin dudar en una sociedad donde nos respetamos independientemente del origen, el color y las creencias», afirmó.
Similar mensaje de defensa de la sociedad abierta y la democracia envió el primer ministro, el laborista Jens Stoltenberg, quien extendió sus elogios a toda la juventud noruega, a la «generación del 22 de julio», «nuestra esperanza», que ha respondido a la violencia involucrándose más aún en la política.
Stoltenberg apeló no obstante a «no cerrar los ojos» ante el extremismo y responder al odio con argumentos y con datos, demostrando «que la democracia es más fuerte que la peor amenaza».
Al igual que esta mañana en el acto en el complejo gubernamental, Stoltenberg animó a apoyar a quienes sufren las consecuencias de los atentados y a honrar a los muertos «alegrándonos por la vida».
En nombre de la representación extranjera -que incluyó entre otros al líder socialdemócrata sueco, Stefan Löfven-, pronunció un discurso la primera ministra danesa, la también socialdemócrata Helle Thorning-Schmidt, quien repartió elogios a la sociedad noruega, a Stoltenberg y a las AUF por su reacción.
El músico sueco Mikael Wiehe tocó luego dos temas, alertando del avance del extremismo ultraderechista en Europa y alabando a quienes «alzan la voz», entre quienes nombró a los «indignados españoles» y a «los que se manifiestan contra los bancos en España».
En un ambiente ya más relajado, donde las palmas y los gritos de alegría dominaron sobre las lágrimas, y los presentes entrelazaron sus manos, se interpretó el himno de las AUF, cerrando el acto central en Utøya, la isla que deberá vivir con una doble herencia:
«A la sombra de la belleza descansará el monstruo», en palabras de Stoltenberg. EFE