5 jul (EFE).- Boca Juniors puso punto final en el estadio Pacaembú de Sao Paulo a una temporada que podría haber sido histórica con tres títulos y que terminó con las manos vacías y con Juan Román Riquelme anunciando su alejamiento de la institución.El título del Apertura local conseguido en el último semestre de 2011 y su regreso a la Copa Libertadores tras tres años de ausencia auguraban un comienzo de 2012 prometedor para el conjunto ‘xeneize’.
Con su eterno rival, River Plate, en la segunda división del fútbol argentino, el equipo auriazul fue sorteando las diferentes etapas hasta llegar a las finales de la Copa Libertadores, Copa Argentina y en el primer lugar del torneo Clausura, a falta de tres fechas para su finalización.
Sin embargo, con un triunfo en sus últimas nueve presentaciones el sueño se fue desmoronando de a poco para finalizar con el peor descenlace.
Un empate con Banfield y dos derrotas ante Arsenal y All Boys dejaron al conjunto ‘xeneize’ en el cuarto lugar del torneo Clausura y relegando la posibilidad del bicampeonato local.
Con la prioridad en la Copa Libertadores, el técnico Julio César Falcioni fue preservando a gran parte de sus figuras en las últimas presentaciones de torneo argentino, con el gran sueño de lograr la séptima corona de América para el Boca Juniors.
Pero en la serie final ante Corinthians, esa ilusión se esfumó con la derrota por 2-0 en el Pacaembú, luego del agónico empate sufrido una semana antes como local en la mítica Bombonera de Buenos Aires.
A este sombrío escenario hay que sumarle la decisión del máximo ídolo ‘xeneize’, Juan Román Riquelme, que anunció, luego del encuentro en Sao Paulo, el punto final a su etapa en Boca Juniors.
De esta manera, Boca Juniors le pone punto final a su primer semestre de 2012 con un panorama sombrío y con un consuelo para el comienzo del próximo: disputar la final de la Copa Argentina ante Racing Club.
Las disputas entre el cuerpo técnico, la plantilla mermada ahora tras la salida de Riquelme y la directiva auguran tiempos difíciles y complicados de reconstrucción de ilusiones y perspectivas. EFE