Este ha sido un secreto a voces y una práctica casi normal. Es más desde hace mucho tiempo han existido incluso estrategias muy elaboradas en torno a estas ‘pillerías’.
Escribir en el pupitre, en papeles milimétricos, en los esferos, en fin un sinnúmero de elementos que podían servir de ‘ayuda de memoria’ era cuestión de actualizarse.
Pero como decían nuestros padres, con todo el ingenio que se tenía para elaborar las famosas ‘pollas’ ¿porqué no usarlo en aprender y razonar lo visto en clase?
Precisamente por eso, porque no nos enseñaban a razonar a partir de los conocimientos que nos daban, sino que era un tarea titánica de memorismo al pie de la letra. Quizá por allí debería empezar el cambio, si enseñamos a razonar a los niños, no tendrán necesidad de copiar a nadie.
