El fin de semana, Hosni Mubarak fue sentenciado a cadena perpetua por la sangriente represión al pueblo egipcio en el 2011.
Hosni Mubarak, el dictador que manejó el país durante 30 años y cayó derrocado por una rebelión popular en el marco de la llamada “primavera árabe”, fue condenado el sábado pasado a cadena perpetua por la sangrienta represión de manifestantes durante las revueltas de enero y febrero de 2011. Pero el mismo tribunal absolvió a dos hijos del ex mandatario y a seis altos jefes de los servicios de seguridad , fallo que despertó la ira del pueblo egipcio y originó masivas protestas en El Cairo y otras ciudades.
Mubarak, de 84 años, compareció frente al juez Ahmed Rifaat recostado en una camilla y con lentes oscuros. Desde su derrocamiento, el exdictador estaba recluido en detención preventiva en un hospital militar, afectado de una dolencia cardíaca.
Antes de pronunciar las sentencia, el juez Rifaat leyó una declaración enérgica en la que condenó los “30 años de oscuridad” y la “tenebrosa pesadilla” de la era Mubarak, sepultada cuando los egipcios se alzaron el 25 de enero al 11 de febrero del año pasado.
Exmandatario entre lágrimas
Según fuentes policiales, el exmandatario, Hosni Mubarak que se había mantenido incólume en la audiencia, se quebró cuando era trasladado en helicóptero a la prisión de Tora, en la periferia de El Cairo, donde fue alojado en el ala médica. Los guardias dijeron que entre llantos se negaba a dejar la nave , y que tuvo una descompensación. EFE