El alcalde quiteño, Augusto Barrera, exhorta a los dueños de canteras y minas a regularizar lo más pronto su actividad económica.
El alcalde de Quito, , lamentó que durante años haya existido falta de control respecto de las condiciones de calidad en la explotación de minas y canteras, como las que existen en San Antonio de Pichincha, Pomasqui y Píntag, y advirtió que todos sus propietarios tendrán que someterse al proceso de regularización.
Este proceso será obligatorio puesto que la actividad de las canteras tiene básicamente tres grandes impactos en el funcionamiento de la ciudad: primero, un enorme impacto ambiental; en segundo lugar, un serio problema en la salud de las personas, pues en todos los análisis respecto de la calidad del aire, hay un serio problema de afectación por el material articulado, especialmente en la zona de la Mitad del Mundo. Un tercer problema es el de la movilidad. “Ustedes ven el deterioro que ha sufrido todo el eje de la Av. Manuel Córdova Galarza durante estos últimos años y los impactos concretos que tenemos allí, relativos a la accidentabilidad.
“Es lógico, legítimo y necesario para la sociedad la producción de material pétreo de canteras y minas, pero eso tiene que estar regulado y controlado y ser respetuoso con las personas”.
El alcalde exhortó a los propietarios de canteras que regularicen los procedimientos, “porque ahora que el Municipio va a ejercer el control, no se permitirá que esto se convierta en tierra de nadie”. Y, asimismo, recalcó que la actividad económica es bienvenida, lo que no está permitido es que la gente crea que puede hacer lo que le da la gana. “Es necesario recuperar el principio de autoridad pública”.
Distribución de las canteras
En el territorio de Quito existen 102 minas y canteras, distribuidas en su mayor parte en algunas de las parroquias rurales. Hay algunos puntos importantes de concentración. Y uno queda en la zona de Pomasqui y San Antonio de Pichincha, en Calacalí y en los alrededores de Píntag.