Quedan pocos titanes del rock caminando sobre la tierra. El pasado sábado, uno de ellos, Paul McCartney, conquistó al público congregado en el estadio Omnilife, en suelo azteca apenas pisó el escenario.
La audiencia se entregó de principio a fin durante el primer concierto del famoso británico en México, como parte de la exitosa gira ‘On the run’.
“Hola, ¡qué tal Guadalajara! O ¡qué onda Guanatos! Esta noche voy a tratar en español, aunque sueno mejor en inglés”, saludó. La ferviente ovación no se hizo esperar, estallaron.
McCartney correspondió al griterío: “Quiero tomarme unos segundos para admirarlos a ustedes”. El flechazo con el público fue perfecto.
El show sirvió para derrumbar el mito de que el Omnilife era imposible de llenar. Gradas y cancha lucieron abarrotadas. “Estamos muy contentos de estar aquí por primera vez”, agregó el nacido en Liverpool quien entregó un repertorio en el que ‘Let it be’ y ‘Give peace a chance’ conmovieron a todos.
Una luna de antología y la pirotecnia iluminaron la noche en que Sir Paul revivió la ‘Beatlemanía’ en Guadalajara.