15 abr (EFE).- La Fiscalía de Italia y el Ayuntamiento de Pescara han decidido abrir sendas investigaciones sobre la presencia de un coche de la Policía municipal que retrasó la entrada de la ambulancia en el Estadio Adriático de la ciudad italiana para socorrer al fallecido centrocampista Piermario Morosini.
Italia se pregunta hoy qué hacía un coche policial obstruyendo la puerta de entrada de vehículos del estadio y por qué la ambulancia no estaba al borde del campo cuando ayer Morosini sufrió la crisis cardíaca y cayó al césped, tardando cuatro minutos en llegar hasta el jugador y siete en abandonar el estadio de Pescara.
«Si ha habido errores y ligerezas las verificaremos. Arrojaremos plena luz y claridad sobre el asunto, asumiendo todas las medidas necesarias», indicó el concejal responsable de la Policía municipal, Gianni Santilli, en declaraciones que recoge hoy la prensa italiana.
«Hemos garantizado además la máxima disposición a colaborar con la autoridad judicial para que se haga plena luz y claridad sobre un drama que ha sacudido toda la ciudad, pero que no puede y no debe generar juicios en las calles», agregó.
Para retirar el coche de la Policía municipal de la entrada al recinto deportivo de esta ciudad del centro-este de Italia un bombero tuvo que romper una ventanilla del vehículo para quitar el freno de mano y moverlo con la ayuda de otras personas.
Fueron minutos clave para el jugador de 25 años, quien cayó preso de una crisis cardíaca al terreno de juego a la media hora del partido de la Segunda División (Serie B) que disputaba su equipo, el Livorno, contra el Pescara, tras lo que fue trasladado en ambulancia al Hospital Civil Santo Spirito de Pescara.
Allí los médicos, después de ponerlo en coma farmacológico para aplicarle un estimulador externo tras llegar en parada cardíaca, certificaron su muerte en torno a las 16.56 hora local (14.56 GMT), es decir, casi hora y media después de caer al césped, de donde intentó levantarse por sus propios medios sin éxito hasta en tres ocasiones.
El cardiólogo del Hospital Santo Spirito, Leonardo Paloscia, que atendió a Morosini en el propio campo pues presenciaba el partido, asegura que el centrocampista no dio señales de reanimación ni en el estadio, tras practicarle un primer masaje cardíaco, ni en la ambulancia, y que se puede decir que el jugador estaba prácticamente muerto cuando llegó a urgencias.
En un primer diagnóstico, Paloscia habla de un paro cardíaco debido a una fibrilación ventricular como causa de la muerte del jugador, aunque no descarta otras razones, como un problema de tipo neurológico.
«En principio parece un tipo de arritmia cardíaca, pero la causa desencadenante podría ser de otra naturaleza, quizá neurológica. Es difícil decirlo. Todo se aclarará en la autopsia», comentó Paloscia, en declaraciones que recoge el diario «La Gazzetta dello Sport».
Precisamente la autopsia sobre el cuerpo de Morosini, huérfano de padre y madre y con una trágica historia familiar, está previsto que se realice en el plazo de las próximas horas, probablemente mañana, en Pescara, en cuyo depósito de cadáveres del Hospital Santo Spirito se encuentra el cuerpo del jugador.
Hasta allí se desplazó este domingo Anna, la novia de Morosini, para reconocer el cadáver, así como amigos, colegas del jugador, y el presidente de la Serie B, Andrea Abodi.
Este domingo, en el que no habrá fútbol en Italia en señal de luto por Morosini, toda la prensa italiana abre con la triste noticia de la muerte del centrocampista del Livorno, quien había llegado a ese equipo de la Serie B este año por una cesión del Udinese de la Primera División italiana y que participó con la selección italiana sub21 en el Europeo de Suecia en 2009. EFE