9 abr (EFE).- El jefe de la junta militar que gobierna Mali desde el golpe de estado del 22 de marzo, Amadou Haya Sanogo, se reunió hoy con el presidente del Parlamento, Diancounda Traoré, quien deberá tomar las riendas del poder una vez que Sanogo anuncie su retirada.
La reunión de hoy entre Sanogo y Traoré se produjo en presencia del ministro de Exteriores de Burkina Faso, Djibril Bassolé, que actúa como mediador en la crisis maliense a iniciativa de la Comunidad Económica de África Occidental (CEDEAO).
Fuentes cercanas a las negociaciones sostienen que Sanogo podría anunciar su retirada en las próximas horas para permitir a Traoré que sea designado presidente transitorio, tal y como acordaron los golpistas y la CEDEAO el pasado viernes.
De acuerdo con la Constitución del país, entre la retirada de Sanogo y la asunción del poder de Traoré, el Consejo Constitucional deberá proclamar que la presidencia queda vacante.
Mientras el proceso continúa su marcha, Traoré y el equipo mediador de la CEDEAO continúan una intensa agenda de contactos con los líderes de los partidos políticos y la sociedad civil, para elegir a un nuevo primer ministro de consenso.
Según una fuente cercana a la alianza progolpista Movimiento Popular 22 de Marzo (MP 22), en el futuro gobierno civil no habrá ningún titular del ejecutivo derrocado por los militares.
Una fuente diplomática maliense calificó las reuniones como una carrera contra reloj para acelerar el proceso y permitir que la situación pueda empezar a recuperar la normalidad.
Tras el regreso al orden constitucional, la retirada de los golpistas, que no serán juzgados, y la formación de un nuevo ejecutivo civil, el nuevo primer ministro deberá organizar elecciones en un plazo de 40 días.
«Creo que no está lejos la salida de la crisis que todos tanto deseamos», aseguró a Efe Amadou Koita, miembro del Partido por el Desarrollo Económico y la Solidaridad.
Por otra parte, la plataforma Alianza de Demócratas Patrióticos para la Salida de la Crisis (ADPS), criticó en un comunicado lo que considera una falta de participación política y de la sociedad civil en el proceso.
Asimismo, la ADPS aseguró que había «numerosas zonas grises» en el acuerdo alcanzado el pasado viernes entre la CEDEAO y los golpistas, e instó a la clase política a clarificar el acuerdo y la hoja de ruta para el regreso al orden constitucional.
Junto a la aceleración de los acontecimientos en Bamako, muchos malienses siguen teniendo muy presente la situación en el norte del país, donde el grupo tuareg Movimiento Nacional para la Liberación de Azawad (MNLA) anunció el pasado día 6 la independencia de este territorio, que no ha sido reconocido por ningún estado.
El miembro del Partido por el Desarrollo Social Nouhoum Togo comentó a Efe que «en un país dividido en dos se necesita la unidad de todas la fuerzas de Mali para recuperar la integridad territorial».
Togo, antiguo miembro de las Fuerzas Armadas, agregó en relación a los militares golpistas que «los jóvenes oficiales deben tener en cuenta la experiencia de la vieja guardia, porque la experiencia no se adquiere en las academias militares».
Las escasas informaciones provenientes del norte de Mali hablan de violaciones y asaltos, supuestamente perpetrados por los tuareg, a los que se les acusa de luchar hombro a hombro con grupos terroristas y radicales islámicos.
Malick Alusseni, funcionario de la Oficina de Residentes del Norte de Mali considera que en Azawad «la población vive en un infierno».
«Los que han podido huir se han ido y los otros viven entre los abusos de los grupos islamistas y terroristas que siembran el terror en Kidal, Gao y Tombuctú», agregó Alusseni, en referencia a un supuesto control de las principales ciudades del norte por Al Qaeda y grupos afines.
El MNLA negó recientemente estas informaciones e insistió en que son ellos quienes controlan estos tres centros urbanos. EFE