Tras 20 años del ‘autogolpe´ que propició el 5 de abril en 1992, el expresidente Alberto Fujimori aún tiene seguidores.
Después de asumir el Gobierno peruano en 1990, tras unas reñidas elecciones en las que logró una sorpresiva victoria sobre el escritor Mario Vargas Llosa, Fujimori cambió el rumbo de su Gobierno, el 5 de abril de 1992.
Ese día, los militares y sus tanques tomaron el control de las calles y las principales instituciones públicas y privadas del país, mientras que el gobernante dirigía un mensaje televisado en el que anunciaba su decisión de “disolver” el Congreso de la República, intervenir el Poder Judicial y borrar el Tribunal Constitucional.
Aunque sus seguidores afirman que esa medida permitió devolverle la estabilidad económica al país y derrotar al grupo terrorista ‘Sendero Luminoso’, es también innegable que el control absoluto del poder permitió el inicio de la gigantesca red de corrupción que lideró su asesor y mano derecha Vladimiro Montesinos.
Se cometieron, además, graves atentados contra los derechos humanos, varios de los cuales llevaron al propio Fujimori a ser condenado en 2009, a 25 años de cárcel.
Actualmente, Alberto Fujimori cumple su pena en una cárcel de Lima.
Veinte años después del golpe. Veinte años después de la medida radical, que se conoce en Perú como el “autogolpe”, los planteamientos de Fujimori y sus seguidores siguen plenamente vigentes y tienen un rol preponderante en la política nacional.
Incluso Keiko Fujimori, una de las hijas del exgobernante, disputó en una segunda vuelta las elecciones presidenciales del 2011, en las que fue derrotada por un estrecho margen por el nacionalista Ollanta Humala.
Numerosos políticos e instituciones ciudadanas, consideran que el golpe fue “injustificable”.