Vie. Nov 22nd, 2024

3 abr (EFE).- La industria de las tres dimensiones tiene este año, con los Juegos Olímpicos de Londres, un punto de inflexión que, según los expertos de la feria audiovisual MipTV puede suponer el trampolín definitivo de esa tecnología o la gota que colme el vaso del escepticismo de los espectadores.

A cuatro meses del inicio de la mayor cita deportiva mundial, cuya cobertura estará disponible por primera vez en su historia en 3D, el sector confía en que su retransmisión multiplique el interés de la audiencia por todos los contenidos de visión estereoscópica.

«Londres 2012 es un escaparate brillante para hacer ver sus ventajas. El único riesgo es que si no se hace bien y no se transmite una experiencia perfecta, y no hay ninguna evidencia de que eso vaya a pasar, el impacto sea negativo», explicó a EFE el consultor independiente Peter Angell.

El Olympic Broadcasting Services (OBS) facilitará más de 200 horas de retransmisión en directo y pruebas diferidas, la ceremonia de apertura y de clausura y otros especiales que esperan revolucionar la manera en la que hasta ahora el público ha observado esas disciplinas.

La industria aspira a retomar el éxito que alzó en 2009 a la película «Avatar» de James Cameron, y que no se vio acompañado del mismo respaldo hacia las que proliferaron a su estela, con una calidad insuficiente que, según el director creativo de Can Communicate, Duncan Humphreys, hizo un «flaco favor» al sector.

Los expertos participantes en los paneles, dedicados hoy al 3D en la tercera y penúltima jornada de la MipTV, coincidieron en que no se trata tanto de falta de desarrollo tecnológico, como de contenidos y de explotación de un nuevo lenguaje que llegó cuando todavía no había cuajado la alta definición.

Que el término «3D» sea buscado en Google 88 millones de veces al mes, según Tom Morrod, analista de IHS Screen Digest, refleja que hay mercado suficiente sabiendo acercarse a él y ofreciendo de manera coherente su valor añadido.

Y su campo de aplicación, según esos expertos, no se limita al entretenimiento y los deportes, sino que ha salido del cerco de Hollywood para encontrar también terreno fértil en la ciencia, la medicina o la aviación.

Reconocido su potencial, uno de sus «frenos» siguen siendo las pantallas que posibilitan vivir esa experiencia desde casa y el precio tanto de esos aparatos como de las gafas todavía necesarias para disfrutar de esa tecnología, del que se augura una disminución «considerable» a corto plazo.

Porque no estamos ante una revolución pasajera, según Jim Chabin, presidente de la International 3D Society, sino ante una evolución «natural» del lenguaje audiovisual.

«El expresidente de Apple John Scully dijo que en 1984, cuando se introdujo el Macintosh, que ese ordenador no era una innovación, sino un juguete», indicó Chabin en su intento por hacer ver que las tres dimensiones van más allá de la oferta de los multicines.

No faltaron en la defensa de esa visión estereoscópica alusiones a estudios de la Asociación Estadounidense de Optometría que reflejan que el uso de las gafas «no daña los ojos», ante la constatación de que todavía quedan «años» para que el espectador pueda liberarse de ellas.

«Literalmente, el único tema de conversación en la industria es la falta de contenido, algo clave para despertar el interés y exponer su valor», añadió Morrod, completado por quienes apuestan porque a nivel internacional se definan unos estándares que establezcan las reglas del juego y el porqué de romperlas.

«La base del 3D pinta bien, cuando todavía no creo que estemos en capacidad de hablar del crecimiento de la alta definición. No tengamos prisa en matarla -concluyó Angell – porque ni siquiera ha tenido tiempo de desarrollarse». EFE