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2 abr (EFE).- Un grupo de activistas homosexuales denunció hoy ante los tribunales de la segunda ciudad rusa, San Petersburgo, la reciente decisión del Gobierno local de prohibir la propaganda homosexual.

La querella interpuesta por la organización «Salida» alude a que algunos conceptos a los que alude la nueva ley, como «bisexualidad» o «relaciones conyugales o tradicionales», no tienen definición jurídica, por lo que la prohibición es anticonstitucional.

«Por ello, no es posible determinar el objeto de la infracción, lo que da pie a su aplicación arbitraria. Cualquier alusión a la homosexualidad puede ser estimada como una falta administrativa», señala el comunicado emitido por el grupo.

Además, destaca que al aludir a relaciones conyugales tradicionales y no tradicionales se «viola el principio de igualdad de todos los ciudadanos ante la ley».

Coincidiendo con la presentación del recurso, activistas acusaron hoy en rueda de prensa a las autoridades rusas de «intentar legalizar la homofobia».

«Un 5-7 por ciento de la población, es decir, varios millones de personas, están siendo discriminados», dijo Valeri Sozáev, activista homosexual, citado por la agencia oficial RIA-Nóvosti.

Sozáev subrayó que más de la mitad de los homosexuales rusos son víctimas de abusos físicos, hostilidad o discriminación en su vida diaria.

Mientras, la Iglesia Ortodoxa Rusa pidió recientemente extender a toda Rusia esa ley, que prohíbe la propagación de información sobre la homosexualidad, la bisexualidad, el lesbianismo, la transexualidad y también la pederastia entre los menores de edad.

La ley castiga con multas administrativas de entre 5.000 rublos (unos 170 dólares) y 500.000 rublos (unos 17.000 dólares), según si se trata de personas físicas o jurídicas.

Las organizaciones homosexuales han criticado la ley al considerar que supone una violación de la libertad de expresión y que servirá de pretexto para seguir prohibiendo las marchas de orgullo gay.

Leyes similares fueron aprobadas en los últimos meses en las regiones de Ástrajan, Kostromá y Riazán.

Según una encuesta del Centro Levada, un 74 por ciento de los rusos creen que los homosexuales y lesbianas tienen una problema mental y son amorales, mientras menos de la mitad creen que estos deben recibir los mismos derechos que los heterosexuales.

El último intento de celebrar una marcha de orgullo gay en mayo de 2011 en la capital rusa desembocó en choques violentos entre activistas homosexuales y ultranacionalistas, y en la detención de varias decenas de personas.

El Tribunal Europeo de Derechos Humanos dictó una sentencia que considera que la prohibición de marchas de orgullo gay en Moscú en 2006, 2007 y 2008 «se contradice con la Convención europea de defensa de los derechos humanos y las libertades fundamentales».

Hasta el 27 de mayo de 1993 no fue abolido el artículo 121 del código penal de Rusia que sancionaba con penas de cárcel las prácticas homosexuales.

Ese mismo año también se dejó de considerar la homosexualidad como una enfermedad mental.EFE