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29 mar (EFE).- La científica Susana López Charretón, del Instituto de Biotecnología de la Universidad Autónoma de México (UNAM), recibe hoy uno de los cinco Premios L’Oréal-UNESCO 2012 para La Mujer y la Ciencia por su trabajo sobre los rotavirus, microorganismos que cada año matan a 600.000 niños en el mundo.

Las otras cuatro científicas premiadas en esta 14 edición provienen de otras tantas regiones del mundo: Asia-Pacífico, América del Norte, Europa y África-Estados Árabes.

La especialista latinoamericana en genética del desarrollo y fisiología molecular recibe el galardón hoy de manos de la Directora General de la Unesco, Irina Bokova, y del presidente de la fundación Empresa L’Oréal, Lindsay Owen-Jones.

Desde hace 14 años la Organización de la ONU para la Educación, la Ciencia y la Cultura promueve estos galardones junto con el gigante cosmético mundial para impulsar el trabajo científico de la mujer, que sólo representa aún «una débil parte de los científicos en el mundo», según subrayó Bokova en una nota de la Unesco.

Las cinco científicas fueron seleccionadas porque sus respectivos trabajos, dentro de un amplio abanico de disciplinas biológicas, están en el origen de «un cambio de paradigma» y abordan problemáticas de siempre bajo nuevos ángulos, agregó la agencia de la ONU.

Un jurado internacional, integrado por miembros eméritos de la comunidad científica y presidido por laureados del Premio Nobel, elige cada año a cinco investigadoras en ciencias de la vida y en ciencias físicas, precisó la Organización.

El nuevo ángulo de trabajo encontrado por López Charretón le permitió identificar el modo de acción de los rotavirus, que penetran por la boca en el cuerpo humano y parasitan células huésped en las vellosidades del intestino delgado hasta tomar su control y provocar, en un período de entre 16 y 18 horas, diarreas agudas, especialmente en bebés y niños menores de cinco años.

La científica y también profesora utiliza modelos experimentales para estudiar en detalle todas las fases del ciclo vital de estos microorganismos sólo visibles con microscopios electrónicos: unión, replicación, transcripción, síntesis, ensamble y salida.

Un trabajo que, subrayó la Unesco, «ha dado nacimiento a magníficos instrumentos de diagnóstico y tratamiento».

En la región latinoamericana, Charretón sucede en el premio a su compatriota Silvia Torres Peimbert, astrónoma que lo recibió en 2011 por sus estudios sobre la composición química de las nebulosas.

Horas antes de la ceremonia de entrega, las cinco galardonadas así como las 15 becarias de esta edición, representantes también de los cinco continentes, participaron en diferentes mesas redondas divulgadoras de sus investigaciones.

López Charretón y la experta sudafricana en fisiología molecular de plantas Jill Farrant trataron de la lucha contra el hambre y las enfermedades.

Las otras tres laureadas, la experta británica en fisiología y genética Frances Ashcroft, la microbióloga estadounidense Bonnie Bassler y la neuróloga pediatra australiana Ingrid Scheffer hablaron de cómo «salir de los senderos marcados» y aportar una nueva mirada a los problemas de siempre.

Las becarias, entre ellas las latinoamericanas Dora Medina, de México; Giomer Herrero Borrero-Pérez, de Colombia, y Kathrin Barboza Márquez, de Bolivia, y sus compañeras de Indonesia, Nueva Zelanda, Singapur, Egipto, el Líbano, Túnez, Israel, Holanda, Eslovenia, Kenia, Namibia y África del Sur, participaron en otras tres mesas redondas.

En la primera de ellas se estudió cómo preservar la biodiversidad para mejorar el equilibro socioeconómico, la segunda examinó las «estrategias inteligentes para mejorar la salud humana» y una tercera analizó cómo luchar y prevenir científicamente el impacto en la salud de «nuestros más pequeños enemigos». EFE