El Papa Benedicto XVI llegó a Cuba con la consigna de expandir el evangelio católico a un pueblo poco creyente. Varias expectativas se tiene en torno a esta polémica visita.
¿Será que el pueblo cubano acepta con agrado a una figura, que intrínsecamente es contraria al socialismo?
¿Será que el pontífice podrá diluir la memoria de figuras como Ernesto ‘Che’ Guevara? Difícil incluir a un pueblo que no ha recibido más que ‘‘piadosas palabras’, a una comunidad religiosa que ha tenido tantas falencias. Aunque por otro lado, habrán algunos que vean en esta figura como una balsa espiritual dentro de sus propias carencias.
En todo caso, podemos decir que en general, las visitas de Benedicto XVI levantan multitudes. Lo que es difícil asegurar, es que tengan el efecto que varios persiguen.