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21 mar (EFE).- El Consejo de Seguridad de la ONU adoptó hoy con el apoyo de Rusia y China una declaración que respalda la mediación del enviado especial a Siria, Kofi Annan, y pide con voz unánime el fin de la violencia en el país árabe.

La aprobación unánime de este documento, de rango inferior a una resolución del Consejo, fue alabada por el secretario general de la ONU, Ban Ki-moon, que dijo sentirse «alentado por el mensaje claro y unificado» del máximo órgano de seguridad internacional, señaló un portavoz de la organización multilateral.

Ban espera que «esta acción unida del Consejo sobre Siria sea decisiva en la respuesta de la comunidad internacional a esta crisis», que ya supera en su año de duración más de 8.000 muertos civiles, de ellos 52 hoy mismo en un bombardeo de las tropas gubernamentales en la ciudad de Homs.

Los quince incrementan también así la presión sobre el presidente Bachar al Asad y su régimen, ya que el texto aprobado incluye la posibilidad de adoptar «nuevas medidas» si los seis puntos del plan de paz de Annan no se cumplen.

Rusia y China se han dado por satisfechos con esta fórmula, largamente negociada, que, además de contener el apoyo unánime del Consejo, pide a todas las partes el fin de la violencia, alude a la transición política, a la retirada de las tropas sirias y advierte que habrá medidas adicionales en función de la evaluación que Annan haga de la situación.

«Estamos muy contentos con el resultado de nuestras discusiones en las últimas 48 horas en el Consejo», dijo el embajador ruso ante la ONU, Vitaly Churkin, al tiempo que consideró que se adoptó «finalmente una mirada pragmática sobre la situación en Siria».

En los doce meses transcurridos desde que el conflicto estalló en el país árabe, las divisiones del Consejo y especialmente el doble veto ejercido en dos ocasiones por Rusia y China han impedido que ese órgano se expresara con voz única en este conflicto, algo que Annan consideró imprescindible al aceptar la mediación.

Francia, por su parte, resaltó que este es «el primer llamamiento unánime del Consejo» tras ocho meses de bloqueo a la hora de abordar esta crisis, según señaló su embajador Gérard Araud, que afirmó que el exsecretario general de la ONU Kofi Annan tiene «un mandato sin ambigüedades para lograr sin retraso el cese de toda violencia y de las violaciones de los derechos humanos».

Araud resaltó que con este «pequeño paso» del Consejo se respalda también una salida política a la crisis, ya que se endosa el plan de seis puntos que Annan presentó al régimen sirio durante su reciente viaje a Damasco, cuando pidió a sus autoridades compromiso para trabajar en favor de un proceso político inclusivo que tenga en cuenta las aspiraciones y preocupaciones de los sirios.

Annan, que visitó Damasco hace poco más de una semana, pidió el fin a los enfrentamientos, así como el cese de la violencia por todas las partes que sea supervisado por la ONU y que permita proteger a los civiles y estabilizar el país.

«Para lograrlo, el Gobierno sirio debería parar de forma inmediata los desplazamientos de tropas y poner fin al uso de armamento pesado en los centros de población, además de retirar sus concentraciones militares en esos lugares», pide el texto aprobado.

En sus declaraciones a la prensa, el embajador ruso aseguró que la declaración refleja la manera en que Moscú ve la situación en Siria, donde debe cesar la violencia «tan pronto como sea posible, iniciarse el diálogo y abrir un proceso político liderado por los propios sirios».

Suscitó también otra materia de preocupación como es el envío ilegal de armas a Siria, que consideró que se destinan a armar a la oposición y que suponen una mayor militarización de la crisis.

«Enviar armas es llevar las cosas en la dirección contraria y no ayuda en nada», afirmó Churkin.

Por su parte, la embajadora de EE.UU. ante la ONU, Susan Rice, instó a Damasco a responder «con rapidez y de forma positiva» al plan de Annan, que consideró «la mejor manera de terminar con la violencia, facilitar la necesitada ayuda humanitaria y avanzar en una transición dirigida por los sirios».

El plan de Annan, respaldado ahora de forma unánime por los quince, pide también garantizar la asistencia humanitaria y como «paso inmediato, aceptar e implementar» una pausa diaria de dos horas para lograrlo.

Asimismo pide la liberación de los detenidos de forma arbitraria y de quienes lo fueron por actividades políticas pacíficas, además de instar a Siria a «proporcionar sin tardanza y a través de los canales apropiados una lista de los lugares» en que se practicaron las detenciones y el acceso a ellos.

Para lograrlo, los quince piden a Al Asad y a los grupos de oposición que «negocien de buena fe». EFE