Vie. Nov 22nd, 2024

19 mar (EFE).- El Real Madrid de José Mourinho sufrió ante el Málaga la pequeña venganza del técnico chileno Manuel Pellegrini, que logró con su equipo un punto en el estadio Santiago Bernabéu, hasta ahora inexpugnable en una Liga reactivada tras el pinchazo blanco.

El golazo de Santiago Cazorla en el último suspiro del encuentro ante el Real Madrid no sólo supuso una alegría para el conjunto andaluz. El tanto del internacional español tenía un significado más intenso. Logró arrancar un gesto de alegría a Pellegrini, acostumbrado a sufrir varapalos en sus enfrentamientos contra el equipo que dirigió en la temporada 2009/2010.

Entonces, el «Ingeniero» se convirtió en un «hombre récord» sin títulos en el Real Madrid (mayor puntuación en Liga -96 puntos de 114 posibles-, mayor número de victorias en casa -18- y mayor número de victorias totales, con 31). Pese a ello, el sudamericano salió por la puerta de atrás del Bernabéu, con el lastre del «alcorconazo» (eliminado de la Copa por el Alcorcón, un segunda B) y de la Liga de Campeones, motivos suficientes desde el club blanco para destituir al sudamericano.

El buen trabajo del chileno no sirvió para arrebatar el título a los azulgrana, pero un par de temporadas después, el club catalán, ahora a ocho puntos de los blancos, se ha visto beneficiado de la pequeña venganza de Pellegrini, que nunca había podido conseguir una alegría ante el Real Madrid.

Todo habían sido derrotas. Alguna, abultada, como el 7-0 que encajó en el Bernabéu en la primera vuelta del pasado curso, o el 0-4 de la misma campaña en La Rosaleda. Otras, más ajustadas, como el 3-2 y el 0-1 este año en la Copa del Rey. Pero, al fin y al cabo, hasta el empate de ayer, todo habían sido decepciones.

Sin embargo, Pellegrini nunca ha levantado la voz. Ni cuando ha perdido ni cuando ha empatado ante los blancos. Ni siquiera cuando Mourinho declaró en su día que nunca entrenaría a un equipo como el Málaga. Siguiendo la tendencia, después de consumar su «venganza», mantuvo la compostura.

«No creo que el equipo esté en el vestuario sintiendo que hizo algo histórico. No es una lucha de Málaga contra el Real Madrid ni nada particular. Empatar aquí es siempre un aliciente, el equipo jugó de igual a igual. Da una evaluación del potencial que podemos tener como equipo», dijo en rueda de prensa.

Pero la venganza se sirve fría. Cazorla la selló con su golazo de falta. Y, aunque ocho puntos parecen suficientes para que el Real Madrid levante el título de Liga, los blancos tienen un calendario más complicado que los azulgrana. Visitan al Villarreal, Osasuna, Atlético de Madrid, Barcelona y Athletic. En el Bernabéu, recibirán al Sevilla y al Valencia, dos huesos duros de roer.

Al final, lo que parece una pequeña victoria personal, una pequeña venganza, escenificada en un sólo punto, puede significar dentro de dos meses una gran derrota madridista. El tanto de Cazorla puede ser más que un golazo. Puede ser vital para decantar una Liga hacia el Barcelona. Como hace dos temporadas, el buen trabajo de Pellegrini, inservible para los blancos, puede que tenga el mismo efecto: otro título para el palmarés de Pep Guardiola. EFE