14 mar (EFE).- La conmoción, la tristeza, la tragedia y el luto han marcado hoy a Bélgica tras el dramático accidente de autocar en el que anoche fallecieron 22 niños y 6 adultos de dos escuelas belgas cuando regresaban de un viaje a Suiza.
«Es un día negro para nuestro país, todos los belgas comparten nuestra inmensa tristeza, no hay palabras para expresar lo que sentimos», han declarado el primer ministro de Bélgica, Elio Di Rupo, tras anunciar un día de luto nacional.
Los belgas siguen con temor las noticias que llegan desde Suiza sobre la evolución de los 24 heridos que se encuentran hospitalizados, varios de gravedad, entre ellos 3 niños en coma. Ningún ocupante del autobús resultó ileso.
La tragedia ha golpeado a las escuelas de primarias de Sint-Lambertus (Heverlee) y ‘t Stekske (Lommel), dos ciudades situadas en Flandes (norte de Bélgica), ésta última justo en la frontera con Holanda.
Los niños que viajaban en el autobús tenían en torno a 12 años, y diez de ellos eran holandeses, otro era polaco y uno alemán.
Los familiares de las víctimas viajaron en un vuelo militar especial puesto a su disposición y que les llevó hasta Ginebra, desde donde se han trasladado a los seis hospitales donde se encuentran ingresados los heridos.
Un equipo de psicólogos especializados en este tipo de sucesos ha viajado con los familiares para prestarles asistencia durante estos duros momentos, además de expertos de la policía federal belga que colaborará en las tareas de identificación de los cuerpos.
Di Rupo viajó a Suiza junto al viceprimer ministro y titular de Finanzas, Steven Vanackere; así como el de Defensa, Pieter De Crem, y el presidente de la región de Flandes, Kris Peeters.
Se desconocen las causas del siniestro, ya que el autobús estaba aparentemente en buen estado y el tramo del túnel en el que ocurrió el accidente era recto.
Una de las niñas supervivientes, que logró contactar brevemente con su padre por teléfono, explicó que escuchó un gran choque en la oscuridad y que «todos los asientos salieron volando», detalla el diario belga «Le Soir».
Esta niña de 12 años quedó atrapada entre dos asientos del autobús tras el impacto y sufre fracturas en las dos piernas y un brazo.
Los niños debían haber llegado esta mañana a sus casas tras unas vacaciones en el valle de Anniviers junto a otros escolares de colegios del norte de Bélgica.
Las reacciones oficiales se han sucedido a lo largo del día.
El presidente del Consejo Europeo y ex primer ministro belga, Herman Van Rompuy, dijo que tras este «horrible drama humano», todos los belgas se sienten «padres, madres, hermanos u hermanas de estos niños y niñas y de sus acompañantes».
El presidente de la Comisión Europea, José Manuel Dura Barroso, también manifestó sus condolencias a las familias de las víctimas de un accidente todavía más «dramático» por el hecho de que la mayoría de los fallecidos son niños.
«He visto las terribles imágenes del accidente, una catástrofe especialmente impactante por la edad de las víctimas», afirmó el presidente del Parlamento Europeo, Martin Schulz, poco antes de que los eurodiputados guardaran un minuto se silencio durante el pleno que se celebra esta semana en Estrasburgo.
El Gobierno español también a manifestado su «profundo pesar» y sus más sentidas condolencias al pueblo y a las autoridades de Bélgica, a través de un comunicado el Ministerio de Exteriores y Cooperación español.
Por su parte, el alcalde del municipio suizo de Sierre, François Genoud, declaró a Efe que se trata de «un drama posiblemente sin precedentes en Suiza», una «catástrofe terrible» que ocurrió cuando el autobús «apenas había recorrido una docena de kilómetros» por la autopista. EFE