Vie. Nov 22nd, 2024

12 mar (EFE).- Con el firme compromiso de luchar contra el narcotráfico y con una hoja de coca en la mano, que «en su estado natural no es un estupefaciente», el presidente de Bolivia, Evo Morales, solicitó hoy en la ONU despenalizar en su país esa planta para sus usos tradicionales y medicinales.

«Le pido a todas las instituciones, a todos los países, que se repare un error histórico», declaró Morales sobre la inclusión de la hoja de coca en la lista de sustancias bajo control internacional en la Convención antidrogas de 1961.

En un discurso más reposado que en su anterior comparecencia ante la Comisión de Estupefacientes, en 2009, Morales explicó este lunes la decisión de su Gobierno de abandonar de forma temporal la Convención y solicitar el reingreso con una reserva que despenaliza el masticado de la hoja de coca o «acullicu» en Bolivia.

El mandatario destacó las 27 toneladas de pasta base de cocaína interceptadas y la reducción de más de 10.000 hectáreas de cultivo en el país andino en 2011 como muestra de su voluntad política de luchar contra el narcotráfico.

También lamentó que los narcotraficantes tengan «mayor equipamiento y mayor tecnología que el Estado mismo», lo que hace difícil la lucha contra las drogas para un Gobierno «sin muchos recursos».

Por ello, solicitó a la comunidad internacional «su participación efectiva con radares, helicópteros, aviones tripulados y no tripulados, para que el combate contra el narcotráfico sea mucho más efectivo».

El mandatario destacó que «no hay ningún dato en el mundo que diga que esta hoja de coca haya hecho daño a la salud ni al ser humano».

Morales incluso mostró desde el podio toda una amplia gama de productos fabricados con hoja de coca, como mermelada, té, mate, refrescos, e incluso un licor fabricado en Holanda, en una intervención que acabó con el aplauso de numerosas delegaciones.

«Los productores de la hoja de coca no somos narcotraficantes, los consumidores no somos narcodependientes», insistió Morales, y explicó que se recuperó recientemente de una dolencia en el estómago gracias al mate de coca.

Para Morales, la «absurda prohibición del masticado de la hoja de coca» fue «un error histórico que se cometió contra el pueblo boliviano».

Bolivia decidió el pasado junio retirarse de la Convención sobre Estupefacientes de la ONU tras argüir que veta el masticado de la hoja de coca, ya que clasifica esa planta como estupefaciente.

El mismo día de la entrada en vigor de la medida, el pasado 1 de enero, La Paz volvió a solicitar su adhesión a la Convención, pero con una reserva sobre la prohibición del uso de la hoja de coca.

Los 184 países que forman parte de la Convención tienen hasta enero de 2013 para decidir sobre la readmisión de Bolivia, y si un tercio de las naciones rechaza la reserva, el país andino no recuperará su condición de Estado parte del tratado.

«La reserva boliviana no es una ocurrencia intempestiva o irresponsable que pueda debilitar la convención», afirmó Morales, que destacó que La Paz desea conciliar la norma internacional con su Constitución, que defiende el uso tradicional de la hoja de coca.

Aún reconociendo la legalidad del proceso, tanto la Oficina de las Naciones Unidas contra la Droga y el Delito (ONUDD), como la Junta de Fiscalización de Estupefacientes (JIFE), lamentaron el proceder de La Paz, aduciendo que socava la unidad de las normas antidrogas.

Morales recordó que numerosos países han establecido decenas de reservas a las convenciones internacionales sobre drogas sin que se produjera ningún problema.

«Una de las más relevantes es la formulada por EEUU, que planteó una reserva a todo lo contrario a su Constitución», afirmó.

«¿Si este procedimiento se aplica con todos los países del mundo, cómo es posible que no se pueda aplicar con Bolivia?», argumentó.

Aunque la reserva de Bolivia sobre la hoja de coca no estaba en la agenda de la reunión, que repasa hasta el viernes las políticas mundiales sobre drogas, el grupo de Estados de América Latina y el Caribe (Grulac) respaldó la posición de La Paz.

«El masticado de la hoja de coca es una manifestación cultural ancestral de los pueblos de Bolivia y Perú que debe de ser respetada por la comunidad internacional», recalcó el embajador de Ecuador, Diego Stacey Moreno, en nombre del Grulac.

Con 31.000 hectáreas sembradas, Bolivia es el tercer productor de hoja de coca después de Colombia y Perú, de las cuales 12.000 son legales y están destinadas a usos tradicionales.

Evo Morales iniciará su regreso a La Paz esta misma noche, después de completar una apretada agenda en Viena, donde se ha reunido también con el presidente de Austria, Heinz Fischer. EFE

Por ccarrera