8 mar (EFE).- La NASA advirtió de que las comunicaciones en la Tierra pueden verse afectadas hoy por la tormenta solar que se espera llegue al planeta.
Dos enormes llamaradas solares prorrumpieron en el espacio el pasado martes, según detectaron el Observatorio de Relaciones Terrestres (STEREO) y el Observatorio Solar y Heliosférico (SOHO), las dos principales misiones de la NASA que estudian el Sol.
La primera, que ha sido catalogada como la mayor de este ciclo de actividad solar y la segunda más grande detectada desde 2006, viaja a más de 2.000 kilómetros por segundo mientras que la segunda, un poco más lenta, a unos 1.770 kilómetros por segundo.
La NASA espera que la tormenta electromagnética originada por la actividad solar alcance este jueves la Tierra y Marte sobre las 18.25 GMT, y en su recorrido pasará cerca de varias naves de la NASA como Messenger, que estudia Mercurio, el telescopio Spitzer y STEREO-B.
El Sol pasa por ciclos regulares de actividad y cada once años aproximadamente se produce un pico máximo en la actividad en el que suelen producirse tormentas que a veces deforman e incluso atraviesan el campo magnético de la Tierra. Este es uno de esos años.
La agencia espacial ha advertido que si bien no teme por sus naves, como consecuencia del aumento de los niveles de radiación recibidos se pueden registrar problemas en la red de suministro eléctrico en las radios de alta frecuencia y en los dispositivos GPS.
Los expertos calculan que el efecto de la tormenta solar podría extenderse durante tres días, aunque tendrá especial impacto en las próximas 24 horas.
Las llamaradas se originaron en una región activa llamada AR 1429, que ha incrementado su actividad en los últimos días, y donde además se produjeron dos eyecciones de masa solar, que viajan a 482 kilómetros por segundo y podrían alcanzar la tierra en los próximos días.
El plasma de la eyección solar creará una severa tormenta geomagnética que también puede afectar a las comunicaciones y se espera que cause auroras que podrán verse en latitudes bajas. EFE