8 mar (EFE).- El Parlamento turco ha aprobado hoy una ley para combatir el grave problema de la violencia contra las mujeres en este país eurasiático, una norma que había generado muchas expectativas, pero cuyo contenido final ha sido criticado como insuficiente por varias ONG.
La aprobación de esta ley, justo en el Día de la Mujer, tiene una enorme carga simbólica en un país en el que unas 250 mujeres murieron en 2011 a manos de parejas o familiares y donde la violencia machista motiva desde el año pasado un gran debate público.
Sin embargo, el valor práctico de la normativa se ha visto limitado debido a los grandes cambios que ha sufrido durante la tramitación.
«Cambiaron el título de «Violencia contra la mujer» a «Protección de la Familia»; cambiaron todo el lenguaje: de repente, en esta ley, las mujeres ya no aparecían en ninguna parte», lamentó en declaraciones a Efe Karin Ronge, miembro de la organización de mujeres turca KIHP.
Esta asociación es una de las 237 que forman una plataforma de mujeres turcas que ya antes de la votación emitió un comunicado asegurando que está «extremadamente preocupada» por la redacción final del texto.
La ley ha dejado fuera las sugerencias elaboradas por el Ministerio de Familia y Asuntos Sociales, encabezado por Fatma Sahin, la única ministra turca, y por la sociedad civil.
«En los últimos dos días, una comisión ha trabajado contra reloj para recuperar gran parte del contenido desechado», matizó Ronge, «de manera que la nueva ley será, en todo caso, un paso hacia adelante, aunque lejos de ser satisfactoria».
«En algunos puntos sí es peor que la ley antigua, pero en otros se extiende más y hay que reconocer el histórico paso de que un ministerio conservador haya pedido la opinión y colaboración de la sociedad civil», puntualizó.
Ronge explicó que los colectivos de mujeres han trabajado para que la ley turca se inspire en la legislación española y que incluso se repartieron copias del texto español entre los parlamentarios.
«Tras los cambios del borrador, la ley turca prioriza ahora la protección de la familia, y un juez podría enviar a una mujer víctima de la violencia de vuelta a casa si cree que es mejor para la familia», advirtió la activista.
«Todo dependerá de las normas legales que se desarrollen ahora», indicó Ronge.
Una de las reivindicaciones principales -extender la protección legal a mujeres no casadas oficialmente (hay muchas parejas que han contraído matrimonio religioso pero sin inscribirse en el registro)-, ha sido atendida sólo de forma poco clara.
«Antes, la ley sólo se refería a mujeres casadas. Ahora queda sin definirse. Al tratarse de una aproximación muy conservadora basada en ‘la familia’, no se han introducido referencias a los posibles modelos de convivencia», lamentó Ronge.
La nueva normativa prevé la creación de más casas de acogida, un paso celebrado por la ONG internacional Human Rights Watch, pero no establece un marco temporal para las mejoras.
Ronge explicó que «se han eliminado todas las innovaciones que exigirían inversiones del Gobierno, todo lo que cuesta dinero». EFE