6 mar (EFE).- El ministro brasileño de Hacienda, Guido Mantega, afirmó hoy que la dimensión de la crisis económica internacional sorprendió a Brasil e impactó su economía, que el año pasado creció sólo un 2,7 por ciento tras haberse expandido un 7,5 por ciento en 2010.
«No contábamos con el agravamiento de la crisis en el segundo semestre. Sin ese agravamiento, nuestro crecimiento económico el año pasado estaría más próximo del 4 por ciento que del 3 por ciento. El deterioro de la economía mundial en el segundo semestre tuvo un peso grande», afirmó el ministro en una rueda de prensa.
Mantega admitió que parte de la desaceleración fue causada por las medidas adoptadas por el Gobierno a comienzos de 2011 para frenar una inflación que amenazaba con salirse de control, principalmente un aumento de los intereses y del encaje bancario.
«Lo que provocó este resultado en 2011 fue el ajuste (política restrictiva) realizado principalmente en el primer semestre y que redujo un ritmo de crecimiento que venía muy fuerte en 2010. Fue una política de control de inflación adoptada porque había una inflación mundial que amenazaba con contaminar a Brasil», dijo.
Agregó que las medidas restrictivas fueron levantadas a tiempo para poder esperar una recuperación en 2012, para cuando dice esperar un crecimiento de entre el 4,0 y el 4,5 por ciento.
«Lo importante es que comenzamos 2012 con la economía calentándose. Eso puede ser visto por el desempeño de noviembre y de diciembre. Esa trayectoria seguirá en el primer semestre de 2012 y alcanzará su ápice en el segundo semestre, cuando la economía estará creciendo a un ritmo anual del 5 por ciento», afirmó.
Pese a que la tasa de crecimiento de la economía en 2011 fue casi la tercera parte de la de 2010 e inferior a la última previsión del Gobierno (3,0 por ciento), el ministro calificó el resultado como positivo especialmente por tratarse de un año de crisis internacional.
«Podemos concluir que fue un buen año pese a que el crecimiento no alcanzó el tamaño que esperábamos. Aunque la tasa no fue tan alta, el desempeño de la economía fue satisfactorio porque generamos más de dos millones de nuevos empleos», afirmó.
Agregó que el Gobierno también consiguió reducir la inflación, que era el objetivo de su política restrictiva de comienzos del año.
Según Mantega, además de las medidas ya adoptadas para estimular la economía, incluyendo la reducción de los tipos, el Gobierno estudia otros incentivos para la industria y para frenar la apreciación del real.
«El Gobierno adoptará una posición más fuerte para impulsar ese crecimiento mediante una serie de estímulos monetarios y de reducción de los intereses. El Gobierno preparó un gran programa de inversiones que aumentará a lo largo del año», dijo.
Aseguró que el Gobierno seguirá pendiente del cambio para evitar que una apreciación exagerada del real perjudique a los exportadores y la competitividad de los productos nacionales.
«Vamos a enfrentar ese exceso de liquidez en los mercados internacionales y a mantener el real estable con las medidas con las que contamos y que no puedo anticipar», dijo.
Según Mantega, el mundo está ante «una intensificación de la guerra cambiaria debido a que países como Estados Unidos, Japón y los de la Unión Europea están practicando políticas que generan un exceso de recursos de capital que pueden crear burbujas en países emergentes desprevenidos».
En ese sentido, anotó que «Brasil es prevenido y no permitirá una invasión de capitales que buscan especulación». EFE