1 mar (EFE).- El ministro alemán de Exteriores, Guido Westerwelle, abogó hoy, en términos generales, por que los miembros de la eurozona respeten «lo acordado» en materia de disciplina fiscal y reducción del déficit público.
No obstante, al ser interpelado directamente sobre la posibilidad de que España esté negociando con la Comisión Europea la flexibilización de sus compromisos de reducción del endeudamiento, Westerwelle prefirió no pronunciarse al respecto.
«Sobre ese asunto no daré ninguna respuesta concreta», afirmó en un encuentro con corresponsales extranjeros en Berlín, por respeto a «las conversaciones en marcha».
Westerwelle elogió no obstante a España, aunque también a Italia y Portugal, por la «celeridad» y «plena responsabilidad» con la que «han reaccionado» sus Ejecutivos para atajar sus problemas de endeudamiento.
En este sentido, el ministro de Exteriores subrayó que estos países están «cambiando las cosas a tiempo» y les animó a seguir adelante con las reformas estructurales, porque de ellas depende la vuelta a la senda del crecimiento tras recuperar «la capacidad competitiva».
«La crisis de la deuda no se arregla facilitando el endeudamiento», argumentó el expresidente del Partido Liberal Alemán (FDP).
Además, destacó que el Gobierno de la canciller alemana, Angela Merkel, no está pidiendo a sus socios en la eurozona que apliquen reformas estructurales que Alemania misma no haya implementado previamente.
En estos ajustes pretéritos de Alemania basó Westerwelle la actual bonanza de la mayor economía europea, de la que subrayó sus altos ritmos de crecimiento en los últimos dos ejercicios y su actual tasa de desempleo, en su nivel mínimo desde la reunificación de ambas partes del país (1990).
A su juicio, la actual fortaleza económica de Alemania es la que está permitiendo en gran medida la «solidaridad» germana con los socios, plasmada en los rescates a Grecia y en su contribución al fondo de rescate temporal, el FEEF, y al mecanismo permanente de estabilización financiera, el MEDE.
«No se debe dudar sobre la solidaridad alemana», agregó el ministro de Exteriores, de la que dijo sentirse «orgulloso».
Westerwelle cargó asimismo contra los «clichés» y «estereotipos» que están resurgiendo en Europa a raíz de la crisis -unas fuerzas «renacionalizadoras» peligrosas- y que consideró que dibujan una imagen distorsionada de Alemania y de su papel en la Unión Europea.
«No quiero una Europa alemana, sino una Alemania europea», afirmó, para señalar de seguido que la UE es, más que un mercado común, una «unión cultural». EFE